La pesadilla terrible de una médica víctima de la mala praxis de la empresa Vittal

La pesadilla terrible de una médica víctima de la mala praxis de la empresa Vittal

Mariana Debé (33) es mendocina. Médica cirujana. Especialista en cirugía reproductiva y salud de la reproducción. Estudiosa y dedicada. Muy trabajadora. Estudiante y médica brillante.

 

Se recibió a los 24 años en la Universidad del Aconcagua, en Mendoza. Y es hija de una conocida familia local dedicada a los bienes raíces. Su padre es Santiago Debé.

Mariana fue deportista de alto rendimiento. Nadadora, atleta, esquiadora, surfer. Sociable, “amiguera”, amante de las tradiciones y lugares mendocinos. Intensa, además, en todo lo que ha emprendido. Hasta que en 2014 una mala práctica médica a la que fue sometida le arruinó la existencia.

Estuvo a punto de perder su vida, casi le amputan un brazo, y no pudo volver a trabajar en su especialidad. Aún lucha por no perder la movilidad del brazo derecho, herramienta fundamental de su trabajo.

La vida de la médica mendocina Mariana Debé cambió drásticamente el 17 de octubre de 2014. Ese día sufrió vómitos y mareos, que en su momento fueron atribuidos a un síndrome vertiginoso.

Mariana llamó al seguro del viajero de la empresa AXA, la que envió al servicio de emergencias de la empresa Vittal, en la Capital Federal, empresa para la que además trabajaba en servicios domiciliarios. Necesitaba “cortar” los síntomas, informó el portal de noticias Mendoza Post, en una nota escrita por el periodista Ricardo Montacuto.

En su auxilio, Vittal envió a una médica -que estaba con un brazo enyesado- y a un “enfermero” a modo de chofer. Por razones que nadie entiende, el “enfermero” le inyectó Diclofenac y Reliverán en una arteria a la cirujana mendocina, y le provocó algo similar a un infarto en su brazo derecho.

El entrecomillado se debe a que el "chofer-enfermero" no tenía al momento de la mala praxis registro alguno en el sistema de salud, no es realmente un enfermero, y no tendría ninguna formación como tal. ¿Administrar medicación como si estuviese autorizado, no sería ejercicio ilegal de la medicina?

La administración de esta medicación nunca se realiza por vía endovenosa directa. Aún el Diclofenac debe diluirse en soluciones de suero, de acuerdo a las prácticas aconsejadas.

Mariana junto a otros profesionales, en su residencia.

Los síntomas empezaron enseguida. “Un dolor desesperante y el brazo manchado” refirió Mariana. La acostaron y la dejaron sola. “Llamé nuevamente a la ambulancia y se negaron a enviarla” relató la médica. Con el brazo hecho un desastre, fue al Mater Dei con dos amigas. La tuvieron en observación y la enviaron a su casa en horas de la madrugada luego de administrarle opiáceos. Ese día, se fue sin diagnóstico.

Las consecuencias de la mala praxis del personal de Vittal fueron espantosas. Mariana Debé estuvo a punto de ser amputada, perdió movilidad y sensibilidad, no volvió a trabajar como médica cirujana reproductiva, y desde entonces lleva adelante una lucha clínica para recuperar su brazo -en apariencia no habría tratamiento posible en el país- y para que la empresa Vittal se haga cargo de los gastos causados por la mala praxis de sus medicamentos.

“Me sentí mal y fui cuatro veces al sanatorio Mater Dei” contó. Le recomendaron hielo y reposo para la hinchazón horrible de su brazo, que empezaba a adquirir un feo color morado, a lo largo del antebrazo y hasta el hombro. Las fotos de su lesión verdaderamente impresionan.

La doctora Debé pasó una pesadilla. Cuatro internaciones en terapia intensiva. Estudios invasivos, para una diagnosis difícil. Estuvo muy cerca de perder su brazo por completo. Debió hacer tratamientos con morfina diaria y anticoagulantes. Tomó todo tipo de medicamentos, que le generaron una hepatitis tóxica medicamentosa. Su salud desmejoró notablemente, aunque en el Sanatorio Finochietto la sacaron adelante, con el apoyo además de la prepaga Medifé.

Pumas solidarios con Mariana Debé.

Hoy el tratamiento con medicamentos es igualmente penoso. “Continuo con medicación muy fuerte, a causa de los dolores crónicos terribles que presento. Por ejemplo, parche de Fentanilo, un anestésico diez veces más fuerte que la morfina, que tiene efectos secundarios similares a una quimioterapia” refirió la médica. Es decir que, para sentirse mejor, debe convivir con vómitos, náuseas, hipotensión, entre otros síntomas.

“Llegué a tener el brazo inútil, a perder la movilidad… me afectó la vida por completo. Soy una cirujana reproductiva… necesito motricidad fina en mis manos, en mis dedos…” se lamentó la médica mendocina, contando su historia a Mendoza POST.

La empresa Vittal se fue haciendo cargo de los gastos, al reconocer la mala praxis de su personal. Pero todo cambió cuando se agotaron los tratamientos en la Argentina. Si Mariana Debé quiere recuperar su brazo y volver a ser cirujana, debe viajar a los Estados Unidos. “Y en ese momento, se ‘borraron’. Vittal no hizo ningún acto útil desde entonces” contó la médica. La única solidaridad para Mariana fueron sus amigos y familiares, que hicieron una intensa campaña en las redes sociales con el hashtag #Fuerza Doc.

Hubo más irregularidades. Las ambulancias de la empresa Vittal habrían estado carentes de documentación habilitante de la CABA. El "chofer-enfermero" que casi mata a Mariana Debé con la inyección de Diclofenac en la arteria era el propietario, además, de la ambulancia que la trasladó y que habría estado tercerizada. En las redes sociales abundan las quejas contra Vittal.

A Mariana Debé le quedó una lesión crónica en su brazo. Se llama “distrofia simpático refleja, más componente vascular severo”. Tiene la indicación médica de viajar a Estados Unidos a tratarse, porque en la Argentina no hay suficiente experiencia en este tipo de enfermedades derivadas de una mala praxis.

Los profesionales del equipo de salud que atienden hasta el día de la fecha a Mariana, entre ellos clínicos, cardiólogos, cirujanos vasculares, y kinesiólogo;  no creen que la médica recupere su vida y su trabajo tal cual eran.

Las secuelas son crónicas y de por vida. Pero sí creen que las consecuencias podrían ser menores, de ser tratadas con alguien con mayor experiencia en este tipo de enfermedades.

Durante el tiempo en que la empresa Vittal se hizo cargo de los gastos médicos ocasionados por la mala práctica de sus profesionales, hubo entre la médica mendocina y la empresa de emergencia todo tipo de mediaciones. Ahora, que el tratamiento debe seguir en Estados Unidos, los representantes de Vittal han desaparecido del caso. Mariana deberá ganarles un juicio para conseguir que paguen.

El caso de Mariana fue tema de conversación de audiencias en Facebook en 2014. Su muro fue inundado de fotos de personas deseando #FUERZA DOC, con el ánimo de ayudarla.

En ese tiempo, colgó en su muro de Facebook una leyenda que reza “No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción”.

Y a veces no alcanza. “Necesito recuperar mi vida, dejar de sufrir estos dolores invalidantes, que me saquen la medicación que tantos efectos me provoca, y tener la menor cantidad de secuelas de la enfermedad crónica y progresiva que me afecta” dijo. Es por todo esto que ahora la médica mendocina litiga para que la empresa de salud -que le arruinó la vida- se haga cargo del tratamiento y la recuperación.

Los amigos de la médica mendocina crearon una petición en Change.org para ayudarla, ingresando en el siguiente link: https://www.change.org/xmariana

Mariana Debé puso haber sido Guadalupe Codes hace dos años, porque alguien no hizo bien su trabajo. Salvó su vida porque es médica, y porque no se quedó quieta. La lucha que lleva delante debe servir de ejemplo, para que nadie se quede de brazos cruzados, o aceptando la fatalidad cuando algo como lo que le pasó a Mariana, les cambie la vida.

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