Hoy se conocerá a la representante local.
En primer lugar, hay que considerar qué es lo que implica el Oscar. No es, como suele pensarse, un premio de tipo “artístico”, aunque el arte intervenga, sino sobre todo industrial. Es la industria de Hollywood la que establece parámetros que combinan el potencial comercial de un film, su posibilidad de empatía con el público, y el contenido artístico. De allí que a veces el mejor film (para la crítica o la cinefilia) sea el ganador en las categorías más amplias como Mejor película o, como en este caso, Mejor película no hablada en inglés. El Oscar no es, en ese sentido, un misterio insondable.
Un film con mucho público, o un fenómeno local que pueda ser visto y comprendido por el público de los Estados Unidos corre con ventaja. Visto desde ese punto de vista, la forma de Elefante Blanco -una narración vivaz y universal, con muy buena producción, incluso si habla de cosas aparentemente “locales” como las villas miseria- la convierte en una buena elección y, de hecho, en la más previsible. Pero también hay que considerar algunas otras alternativas. Por ejemplo, el éxito de público Dos más dos, una comedia con elementos dramáticos de contenido adulto que acerca la temática del sexo al gran público y que podría ser también una de las alternativas potables para el Oscar. En el mismo sentido, aunque fue un film con mucho menos público, La suerte en tus manos, de Daniel Burman (que ya intentó dos veces llegar a las cinco nominadas con El abrazo partido y Derecho de familia), no deja de tener chances para llegar a ser la representante local. Una cuarta alternativa es, dentro de este restringido campo de films al mismo tiempo locales, universales e industriales, la comedia Días de vinilo, que tuvo estreno ayer pero cuya producción y temática permiten pensarla como otra posible representante. Y el último film importante por producción, y que tampoco desentonaría en lo que suele ser el Oscar, es Infancia clandestina, la película que -con gran producción- retrata la vida de la militancia montonera a fines de los setenta desde la perspectiva infantil. La repercusión que ésta -como también Elefante...- tuvo en Cannes (donde muchos influyentes de Hollywood analizan la producción internacional) es también un dato a tener en cuenta a la hora de prever si, de ser elegida, puede tener chances de llegar al reducido pelotón de cinco films que opten por la estatuilla.
Las posibilidades mayores, de todos modos, las tiene el film de Pablo Trapero, aunque puede haber -como el año pasado con Aballay, cuando la favorita era Un cuento chino- sorpresas. El resultado, hoy a partir de las seis de la tarde.
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