El patinador extremo de Merlo que recorrerá en rollers más de 10 mil kilómetros para volver a ver a su hija

El patinador extremo de Merlo que recorrerá en rollers más de 10 mil kilómetros para volver a ver a su hija

Un patinador de Merlo recorrerá Argentina de punta a punta en rollers como protesta contra la Justicia,que le impide ver a su hija de 4 años. Conocé su historia.

Con el propósito de volver a ver a su hija, un joven patinador bonaerense tomo una decisión extrema: Lucas Tellería, de 27 años, recorrerá en rollers más de 10 mil kilómetros por todo el país durante casi 120 días. Partirá mañana desde el partido bonaerense de Merlo iniciando una travesía desde la Zona Oeste del Gran Buenos Aires hasta Ushuaia y de allí hasta La Quiaca, buscando visibilizar su reclamo ante la Justicia para que le permitan volver a ver a su hija.

“Son momentos de mucha incertidumbre y estoy viviendo un juego de emociones totalmente amplio porque en proyectos tan grandes como este, uno espera tener todo ordenado y fríamente calculado, pero, también sé que hay cosas que pueden fallar”, reconoce Tellería en diálogo con INFOCIELO a pocas horas de iniciar la enorme aventura de cruzar todo el país en rollers.

No es la primera vez que Lucas Sawyer —seudónimo que adoptó Tellería desde su infancia— se propone realizar una odisea de este tipo: durante casi 5 años, se dedicó a planificar cada detalle de lo fue su primera travesía extrema sobre ruedas, en la que intentó llegar desde La Matanza hasta Colombia con tan solo una mochila y un par de rollers.

La pandemia de coronavirus lo obligó a regresar cuando ya había llegado hasta Chile, pero la experiencia lo motivó a ir por más y decidió redoblar la apuesta: en vez de partir desde La Matanza saldría desde Ushuaia y, en lugar de tener como destino Colombia, patinaría hasta Alaska, recorriendo casi 27 mil kilómetros.

Aunque pueda parecer una locura llevar adelante una hazaña de tal magnitud, Lucas está convencido de que puede hacerlo y ya dio muestras de ello no solo cuando pudo continuar su recorrido hasta Chile soportando un esguince producto de un accidente en los primeros 20 kilómetros del trayecto; sino también logrando en marzo de este año un récord mundial al recorrer en patines casi 500 kilómetros en sólo 24 horas, como parte de su preparación para alcanzar su sueño de llegar recorrer el continente de un extremo al otro sobre ruedas.

“Fue una experiencia totalmente hermosa porque, a pesar de la exigencia física y mental; de un desgarro que sufrí en la planta del pie izquierdo; y de una pequeña distensión de ligamentos en la misma pierna, pude seguir adelante”, señala el patinador de 27 años, que llegó a hacer 450 kilómetros desde Pontevedra, Partido de Merlo hasta San Nicolás de los Arroyos, ida y vuelta y sin frenar más que para alimentarse, hidratarse o cambiar las ruedas. “Me apoyó mucha gente, me acompañó la Policía Bonaerense y la Policía Municipal de Merlo, que siguieron todo el trayecto por el Camino del Buen Ayre y la Panamericana ida y vuelta”, destaca.

La situación epidemiológica que atraviesan los países de la región a raíz de la pandemia de COVID-19 y las restricciones de circulación vigentes, que dispusieron los gobiernos de esas naciones para luchar contra el avance del coronavirus, son los únicos obstáculos que encuentra Sawyer para poder iniciar su travesía continental; sin embargo, este lunes iniciará un nuevo desafío, en el que recorrerá en rollers toda la extensión de Argentina.

“El proyecto de patinar hasta Alaska sigue en pie, pero primero queremos cumplir con este objetivo de recorrer toda la Argentina, que va a ser el puntapié para todo lo demás”, dice el joven atleta, que pretende llamar la atención de las autoridades para que agilicen el proceso judicial por el cual no puede ver a su hija de 4 años.

“Con la madre nos separamos cuando nuestra hija tenía 5 o 6 meses y, entre idas y vueltas, nos fuimos distanciando cada vez más, aunque yo podía seguir viendo a la nena en aquel momento; pero después de un tiempo la madre decidió que yo no la viera más”, apunta el patinador bonaerense y comenta: “Un día decidí ir al juzgado para ver cómo mover el trámite y me di cuenta que a la Justicia no le importa un padre preocupado por su hijo, ni un hijo que se queda sin su padre. Nunca se movieron”.

Sawyer cuenta que el tiempo fue pasando y afirma que, pese a que el vínculo con la madre se fue recomponiendo poco a poco hasta retomar un diálogo fluido, actualmente sigue sin poder reencontrarse con la nena debido a la “inoperancia de la Justicia”, que debe resolver una serie de trámites administrativos.

“Volvimos a hablar con la madre, le pregunto por la nena, le pido fotos y me las manda; no hay un problema, no hay una discusión, pero al momento de ver a nuestra hija, no se puede porque nuestra causa quedó judicializada, entonces tenemos que esperar procesos judiciales de revinculación y todos esos procedimientos son totalmente largos”, asegura el deportista extremo de Merlo y agrega: “El juzgado está cerrado por la pandemia y si todo sigue así, mi hija va a tener 25 años y voy a seguir sin verla. Es una desesperación terrible como padre y como ser humano”.

Toda esa angustia decidió canalizarla a través del deporte y, como no encontró respuestas por parte de los funcionarios recurriendo a los métodos tradicionales, decidió visibilizar su reclamo realizando una odisea en la que deberá enfrentarse a los distintos climas y relieves propios de cada uno de los lugares por donde pasará a lo largo de los 10 mil 400 kilómetros de recorrido que tendrá por delante.

“La travesía que voy a iniciar este lunes no es en contra de ninguna mamá, no es una lucha contra un género, ni es una protesta contra el Gobierno; pero sí es un movimiento sociopolítico que se va a formar en el pueblo de Argentina en torno a la paz del país y a la humanización de los sentimientos y los valores humanos para que los padres y madres tomen como opción cuidar mejor a sus hijos”, puntualiza Lucas Sawyer y manifiesta que, en su caso particular, “la culpa no es tampoco de la madre. Es importante humanizar el perdón, saber perdonar, pedir disculpas y hacerse cargo de los errores, siempre pensando en los hijos”.

La expedición comenzará mañana cuando Lucas haga su salida desde Merlo, escoltado por móviles de Gendarmería Nacional, que le brindarán su apoyo en la logística y en lo que refiere a la seguridad; además de su asistente técnico y un filmmaker que se encargará de sacar fotos, de registrar material audiovisual y de tomar nota de los distintos momentos de la aventura sobre ruedas para incluir en un libro que documentará la historia del patinador y sus viajes extremos.

En la primera jornada realizará un trayecto de aproximadamente 130 kilómetros hasta llegar a Chivilcoy. Posteriormente seguirá camino hacia 9 de Julio y luego atravesará distintos distritos bonaerenses como Trenque Lauquen, Pigüé y Bahía Blanca. “De ahí seguimos todo por Ruta 3 hasta Viedma; pasamos por Las Grutas y continuamos hacia el sur hasta Tierra del Fuego. Una vez que llegamos ahí, subimos de nuevo para Río Gallegos, pero nos desviamos para El Calafate y de ahí partimos hacia el norte todo por la Ruta 40 hasta llegar a La Quiaca”, detalla Sawyer.

El atleta de Merlo piensa recorrer entre 150 y 170 kilómetros por día, aunque se tomará su tiempo para conversar en cada uno de los lugares por donde pase con padres y madres que se encuentren en la misma situación de no poder ver a sus hijos e hijas.

Lucas y su equipo planificaron que la aventura durará aproximadamente 117 días en total, finalizando en Casa Rosada o en el Congreso de la Nación, donde será distinguido por la Cámara de Diputados como el “Deportista Ilustre en Unión a la Paz y la Fuerza de la Patria”.

Lucas Sawyer hará lo posible para llegar a Buenos Aires el 18 de octubre de este año, un día antes del cumpleaños de su hija. “Me encantaría poder reencontrarme ese día con ella y que todo el mundo le cantara el feliz cumpleaños. Esa sería la máxima recompensa que podría tener”, dice con emoción el patinador, que se muestra agradecido con todas las personas que le tendieron una mano para hacer posible este desafío, especialmente a sus padres, sus hermanos, a Karen, su actual pareja; y a su hija.

 

Por Alejandro Gómez Blanco

 

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