Parque Centenario: Los vecinos aprueban las rejas y piden que no se vaya la Policía

Dicen que la custodia permanente es necesaria para que no vuelvan a dañarlo. El espacio público reabrió con reformas y la polémica reja. También hay garitas y sesenta agentes de la Metropolitana.

Luego de la reapertura, los vecinos aprovecharon los días de buen clima para copar casi cada metro del Parque Centenario. Los chicos en los areneros, en el nuevo patio vanguardista o jugando al fútbol; y los grandes tomando mate sobre el césped, descansando frente al lago o haciendo ejercicios en las postas aeróbicas. Y entre ellos, en grupos de a tres o cuatro, una veintena de agentes de la Policía Metropolitana. En una recorrida por el lugar, Clarín comprobó que los vecinos, en general, aprueban la colocación de rejas, pero temen que la seguridad se retire.

“El lago tiene rejas hace muchos años. Sin embargo el parque fue igualmente vandalizado y ocupado. No creo que este segundo cerco de rejas garantice su mantenimiento, por eso los vecinos vamos más allá.

Queremos custodia permanente”, reclamó Marité Méndez Santos, vecina de Angel Gallardo y Luis María Drago. El pedido se replica entre los habitué.

Voceros policiales le aseguraron a este diario que el Parque Centenario ya es un nuevo punto fijo de la Metropolitana.

“Están trabajando alrededor de 60 agentes en tres turnos. En las horas pico de uso del parque, habrá casi 20 policías”, explicaron desde las fuerzas de seguridad porteña. Para reforzar el proyecto, confirmaron que se montará un destacamento. “Es casi una necesidad, debido a la cantidad de personal que estará apostado en el lugar”, dijeron. La Metropolitana trabaja en la colocación de 18 cámaras: 12 estarán en el interior y el resto en las calles circundantes. Y el centro de monitoreo estará en el destacamento. “Por la extensión del parque sumaremos cuatriciclos y bicicletas”, aseguraron desde la policía.

En uno de los ingresos al parque, tomados del brazo, Sara y Julio César se preparan para su caminata diaria. “Habíamos dejado de venir. Preferíamos irnos a caminar por cualquier calle o avenida. Hubo momentos en los que prácticamente la gente vivía en el parque, hasta con carpas. Todo estaba roto y había mucha suciedad. Y había rejas. Por eso, para nosotros no es una cuestión de rejas si o rejas no. Lo que necesitamos es custodia”, opinaron. Viven hace 28 años en la esquina de Díaz Vélez y Campichuelo, frente al Instituto de Zoonosis Luis Pasteur.

Fue un verano movido para los vecinos de Caballito. El 28 de enero, en plena madrugada y sin aviso, el Gobierno porteño colocó vallas en el perímetro para comenzar las obras de refacción del parque. Manteros, vendedores ambulantes y organizaciones políticas se manifestaron en contra y hubo casi 30 detenidos y algunos heridos leves en un enfrentamiento con la Policía Metropolitana. Incluso intervino la Justicia, que paró las obras algunos días, para luego confirmarlas. Finalmente reabrió el 21 de febrero con un segundo perímetro de rejas (hasta el 31 de marzo el horario de cierre será a las 24), los areneros renovados, igual que el césped, el mobiliario, los caminos internos, la pista de skate, la bicisenda y el contorno del lago. Además se construyó una plaza de juegos para nenes más grandes y postas aeróbicas.

Susana Favi lucha en el canil para controlar seis perros. Es paseadora y hace 18 años que viene al parque. “Está maravilloso. En la nueva plaza de juegos hay chicos de 12 y 13 años jugando como nenes, felices. En este parque vi de todo, hasta un tiroteo. Y te aseguro que los vecinos no saltan las rejas, lo hacen los delincuentes. Por eso todos piden custodia”, cuenta Favi. Aprovecha para pedir que planten más árboles en el contorno de los caniles: “Los perros y los cuidadores también necesitamos sombra”, dice sonriente. El Centenario es otro de los parques diseñados por el paisajista francés Carlos Thays. Y aunque recuperó algo de su brillo original, el reto para el futuro es su mantenimiento.

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