Al comprar un coche, contratar un seguro, realizar una transacción financiera... Algo sangrante es lo que han hecho con los refrescos. Bajo la artera excusa de que el azúcar es muy malo y los ciudadanos no sabemos controlar su consumo, el Ministerio del ínclito Garzón ha castigado esas bebidas con un fuerte incremento del IVA. Pero de paso ha incluido los refrescos sin azúcar.

Convengamos que las bebidas azucaradas podrían resistir mayores impuestos para disuadir de su consumo. Pero, ¿por qué subir los refrescos sin azúcar? Quieren que todos nos jorobemos y paguemos más a Garzón cuando apaguemos nuestra sed con una mísera isotónica edulcorada, un té light o una Zero con algo de cafeína que nos despierte de este mal sueño. Así no se empuja el consumo ni se respalda a la hostelería.