Un papá construyó la prótesis para su hijo sin saber de ortopedia ni de medicina

Un papá construyó la prótesis para su hijo sin saber de ortopedia ni de medicina

Alejandro es un nene de 7 años que nació con focomelia y ni el Garrahan le quisieron poner una prótesis. Después de muchas pruebas, errores y sufrimientos, una impresora tres D fue la mágica solución para la familia.


ROSARIO DE LA FRONTERAUn papá construyó la prótesis para su hijo sin saber de ortopedia ni de medicina

12 DE SEPTIEMBRE 2016 - 01:30 Alejandro es un nene de 7 años que nació con focomelia y ni el Garrahan le quisieron poner una prótesis. Después de muchas pruebas, errores y sufrimientos, una impresora tres D fue la mágica solución para la familia.

 Juan Manuel Lopez     +- A a Alejandro Calatayu El papá de Alejandro junto a la màquina.El papá de Alejandro junto a la màquina.Hugo Calatayú es profesor de Inglés. Está casado con Miriam y juntos formaron una hermosa familia con 3 hijos varones.Cesar de 16, Tobías de 14 y Alejandro de 7. Pero Ale, el menor de los hermanos, nació con focomelia, que es la ausencia de brazo derecho.Según cuenta su mamá, durante el embarazo todo fue normal. El día del parto, Hugo recibió a su hijo y recién en ese momento se dieron cuenta de la triste noticia."A Alejandro le faltaba una de sus extremidades y los ánimos se nos vinieron al suelo. Sus hermanos no encontraban consuelo y fue un momento muy difícil para todos", comentó Miriam.A partir de ese momento, se hicieron fuertes y comenzaron a buscar distintas alternativas para que el niño pueda llevar una vida normal."Fuimos al hospital Garrahan, donde nos dijeron que era muy chiquito para ponerle una prótesis ya que sólo tenía dos meses y que recién cuando sea adolescente se la tendríamos que hacer", recordó su papá.Sin embargo, comenzaron a considerar otras posibilidades. Empezaron a ver cosas en internet hasta que se enteraron que un médico de España aconsejaba que los bebés, mientras más chicos puedan usar una prótesis mejor, ya que su cuerpo la iba a asimilar más rápido y les resultaría más fácil acostumbrarse.Pero había un obstáculo. Las prótesis tenían un costo muy elevado (48 mil euros) y a medida que Alejandro vaya creciendo había que renovarla por otras lo que ocasionaría gastos imposibles de afrontar por los Calatayú.Es ahí cuando nace lo fantástico de esta historia. El papá de Ale, al margen de ser docente, tiene como hobby crear artesanías en madera. "En una de las últimas veces que viajamos a Buenos Aires fuimos a Tecnópolis. Allí conocimos a unos ingenieros que mostraban el uso de las impresoras 3D. Diego, uno de ellos, fue quien nos motivó a comprar una, ya que nos permitiría hacerle la prótesis a mi hijo. Pero fue realmente muy difícil", acotó Hugo.Luego de realizar la compra, surgió otro problema. La máquina es muy sensible y no tenía que sufrir vibraciones grandes durante su traslado. Por suerte, un familiar que trabaja en una empresa de ómnibus pudo enviarla y llegó bien.Una vez instalada ya en el domicilio, el desafío fue aún mayor. Hugo solamente conocía de diseños en madera pero no así del funcionamiento de la impresora 3D."Nos empezamos a conectar por internet con gente de otros países. Existe una página llamada Enable en la cual se pueden descargar algunos archivos liberados de diseño y gracias a eso pudimos acceder ca la posibilidad. Se pueden modificar los diseños según los requerimientos personales. Fue difícil, porque un solo archivo no me funcionaba y tenía que combinar las distintas partes de la prótesis. No se podía armar toda completa. Fue prueba y error miles de veces, hasta que llegamos a hacerlo", relató.


ROSARIO DE LA FRONTERAUn papá construyó la prótesis para su hijo sin saber de ortopedia ni de medicina

12 DE SEPTIEMBRE 2016 - 01:30 Alejandro es un nene de 7 años que nació con focomelia y ni el Garrahan le quisieron poner una prótesis. Después de muchas pruebas, errores y sufrimientos, una impresora tres D fue la mágica solución para la familia.

 Juan Manuel Lopez     +- A a Alejandro Calatayu El papá de Alejandro junto a la màquina.El papá de Alejandro junto a la màquina.Hugo Calatayú es profesor de Inglés. Está casado con Miriam y juntos formaron una hermosa familia con 3 hijos varones.Cesar de 16, Tobías de 14 y Alejandro de 7. Pero Ale, el menor de los hermanos, nació con focomelia, que es la ausencia de brazo derecho.Según cuenta su mamá, durante el embarazo todo fue normal. El día del parto, Hugo recibió a su hijo y recién en ese momento se dieron cuenta de la triste noticia."A Alejandro le faltaba una de sus extremidades y los ánimos se nos vinieron al suelo. Sus hermanos no encontraban consuelo y fue un momento muy difícil para todos", comentó Miriam.A partir de ese momento, se hicieron fuertes y comenzaron a buscar distintas alternativas para que el niño pueda llevar una vida normal."Fuimos al hospital Garrahan, donde nos dijeron que era muy chiquito para ponerle una prótesis ya que sólo tenía dos meses y que recién cuando sea adolescente se la tendríamos que hacer", recordó su papá.Sin embargo, comenzaron a considerar otras posibilidades. Empezaron a ver cosas en internet hasta que se enteraron que un médico de España aconsejaba que los bebés, mientras más chicos puedan usar una prótesis mejor, ya que su cuerpo la iba a asimilar más rápido y les resultaría más fácil acostumbrarse.Pero había un obstáculo. Las prótesis tenían un costo muy elevado (48 mil euros) y a medida que Alejandro vaya creciendo había que renovarla por otras lo que ocasionaría gastos imposibles de afrontar por los Calatayú.Es ahí cuando nace lo fantástico de esta historia. El papá de Ale, al margen de ser docente, tiene como hobby crear artesanías en madera. "En una de las últimas veces que viajamos a Buenos Aires fuimos a Tecnópolis. Allí conocimos a unos ingenieros que mostraban el uso de las impresoras 3D. Diego, uno de ellos, fue quien nos motivó a comprar una, ya que nos permitiría hacerle la prótesis a mi hijo. Pero fue realmente muy difícil", acotó Hugo.Luego de realizar la compra, surgió otro problema. La máquina es muy sensible y no tenía que sufrir vibraciones grandes durante su traslado. Por suerte, un familiar que trabaja en una empresa de ómnibus pudo enviarla y llegó bien.Una vez instalada ya en el domicilio, el desafío fue aún mayor. Hugo solamente conocía de diseños en madera pero no así del funcionamiento de la impresora 3D."Nos empezamos a conectar por internet con gente de otros países. Existe una página llamada Enable en la cual se pueden descargar algunos archivos liberados de diseño y gracias a eso pudimos acceder ca la posibilidad. Se pueden modificar los diseños según los requerimientos personales. Fue difícil, porque un solo archivo no me funcionaba y tenía que combinar las distintas partes de la prótesis. No se podía armar toda completa. Fue prueba y error miles de veces, hasta que llegamos a hacerlo", relató.El papá de Alejandro junto a la màquina.

Ale es un niño con una calidez enorme y muy amigable. Va a la escuela Jorge Edgar Leal y sus pasiones son escuchar música, bailar y dibujar. "Es famoso en todo el barrio. Él saca los parlantes afuera y se pone a bailar sin ninguna timidez. En la escuela es muy querido y sus maestras lo ayudan muchísimo", expresa su mamá.Pero es un niño y tiene miedos. Hay veces que con gente desconocida esconde su manito ya que es lo primero que le miran. "No es bueno que lo traten de "pobrecito". Prefiero que sea uno más. El ya nació así y por eso no siente sus limitaciones. Se cuelga de los árboles como cualquier otro chico y es un niño feliz", dijo la madre.LA FOCOMELIA, UN MAL CONGÉNITOSe manifiesta por una malformación de origen teratogénico y consiste en la ausencia de elementos óseos y musculares en alguno de los miembros, quedando reducido a un muñón o prominencia que se implanta a nivel del hombro o de la cintura y asemeja las aletas de la foca. Puede afectar uno o varios miembros.

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