La oposición encontró el mejor lugar para incomodar al Gobierno y Mauricio Macri se los recordó

La oposición encontró el mejor lugar para incomodar al Gobierno y Mauricio Macri se los recordó

Las marchas dejaron de ser potestad exclusiva del PJ y los piqueteros. El antecedente pos PASO y el riesgo de la repetición.

 

La génesis podría ubicarse el 24 de agosto de 2019. Hacía unos días que Mauricio Macri había perdido por paliza las primarias presidenciales y una convocatoria algo desordenada, por redes sociales, invitó ese día a los militantes de Juntos por el Cambio a acercarse hasta la Plaza de Mayo para manifestarle su apoyo. La movilización arrancó a la tarde, algo tímida, mientras el mandatario descansaba en su Quinta Los Abrojos. Por el volumen que fue tomando la movilización, ya de noche, Macri decidió acercarse acompañado por su mujer. El líder del PRO terminó arengando desde el balcón y se fue saludando, colgado del auto, tipo estrella de rock. A su modo, a los 60 años descubría el calor de las masas.

A partir de esa experiencia, mucho más espontánea que otras, "sin chori ni colectivos" -como resumían con prejuicio algunos de sus dirigentes-, Juntos por el Cambio diseñó las marchas del "Sí, se puede", que marcaron la campaña entre las PASO y la elección general. El camino terminó en derrota, pero con una digna remontada y sobre todo, una certeza: había un sector muy importante de la población dispuesto a salir a la calle, paradójicamente para oponerse a un rival (el PJ) que se jactó toda su vida del manejo de ese terreno.

Macri recordó el fenómeno este domingo, en tres párrafos de la carta que publicó en el diario La Nación. Tras describir un "panorama dramático" del país -sin ninguna autocrítica, por cierto-, el ex presidente habló de estas manifestaciones como la "contracara".

La protesta contra el Gobierno, este domingo, en el Obelisco. Foto Germán García Adrasti.

"En la Argentina emergió algo nuevo. Ciudadanos movilizados y atentos que han ganado las calles. Desde la lucha contra la resolución 125, la exigencia de verdad sobre la muerte del fiscal Nisman, las marchas del SíSePuede, o el más reciente 17-A la conciencia cívica se expresa".

"Autoconvocada y vigorosa se hace oír como en las grandes gestas. Nadie debería sorprenderse cuando el pueblo rechaza decididamente una y otra vez los decretos de necesidad y urgencia y las medidas abusivas de un poder inoperante frente a la compleja y delicada realidad que se vive en nuestro país".

"El pueblo expresa pacíficamente su inquietud y descontento en cada marcha, en cada cacerolazo, en cada protesta, en cada publicación que hace en su red social y en cada conversación que encuentre a un argentino hablando de su país con la emoción de querer vivir en la Patria grande y libre que puede ser, si trabajamos todos juntos en esa dirección. Con una oposición unida que se erige en alternativa".

El banderazo contra el Gobierno, este domingo, en Rosario. Foto Juan José García.

La incomodidad que provoca este modus operandi para el Gobierno también llevó al presidente Alberto Fernández a caer en un prejuicio. No habló como otros dirigentes de "cuatro viejas de Recoleta", sino que directamente impulsó un banderazo con los "argentinos de bien". No detalló a quiénes se refería. Quizá mejor para no embarrarla más.

El enojo nunca es buen compañero en estos casos. Las protestas contra las políticas del Frente de Todos no sólo se vienen manifestando en este tipo de movilizaciones masivas. También hay alertas más chicos, y en barrios claramente de clase media. Se escucharon cacerolazos esta última semana, por ejemplo, en medio de la pelea con la Ciudad por los fondos coparticipables.

Así como en algún momento los grupos piqueteros descubrieron en los cortes de calles la mejor manera de canalizar sus reclamos, los opositores -militantes, políticos- ahora también desafían allí a la autoridad. Con los riesgos que siempre implica este tipo de metodología: que la disputa por la autoría intelectual no las termine embarrando o que la repetición les haga perder efectividad.

La marcha de este domingo comenzó a gestarse a principios de mes en Twitter y, con el correr de los días, el impulso vino básicamente desde cuentas vinculadas al macrismo, según explicaron a Clarín desde la consultora Scidata. Con dos detalles: a diferencia del 17A, no se sumaron dirigentes de renombre del PRO; pero otra vez, como en la previa del 9J, poco antes de la protesta Macri se manifestó contra el Gobierno.

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