En la víspera de la entrada en vigencia de la nueva fase de la cuarentena, el Municipio comenzó a desplegar una  serie de operativos cerrojo con los que buscará garantizar el cumplimiento del aislamiento social.

La medida es definida por el gobierno como de “controles inteligentes”. Consiste en cerrar la mayoría de los accesos alternativos a las localidades e instalar controles policiales en los principales. De esa forma, tratará de minimizar la circulación de personas que no tengan permiso para desplazarse para desempeñar un servicio esencial.

Esta tarde, personal municipal colocó vallas para interrumpir el tránsito en la intersección de las calles Guido, Roca y Rivadavia con la colectora de la autopista Panamericana.

Fuentes oficiales le confirmaron a El Diario que la decisión “forma parte de la medidas” que adoptarán a nivel local para garantizar el endurecimiento de la cuarentena, que entra en vigencia mañana.

Las calles cerradas son tres de los accesos a la ciudad más usados por quienes buscan evitan el ingreso desde la Panamericana a través de la Avenida Tratado del Pilar.

De ese modo, el puente de la ruta 25 quedará como entrada excluyente a la ciudad cabecera para quienes estén exceptuados del ASPO. Y allí, deberán validar su acceso en los controles municipales y policiales que pedirán los correspondientes permisos.

En Pilar, habrá controles policiales en el cruce de las ruta 8 y 25, pero también en avenidas y otros accesos. Lo mismo pasará en todas las localidades.

Inteligente

“La idea es poner controles inteligentes para fiscalizar y desalentar la circulación irresponsable de la gente”, le dijo a El Diario un vocero del Municipio.

Es que en los principales puntos que permanecerán abiertos, los controles de agentes municipales y policiales solicitarán los permisos habilitantes de circulación.

“No vamos a imponer que la gente no vaya al supermercado, pero vamos a fiscalizar que realmente lo haga. Esto va a desalentar la circulación innecesaria y a generar conciencia para que la gente entienda la necesidad de quedarse en casa y que el esfuerzo de quien cumple, vale”, indicó la fuente.

La medida del gobierno apunta a resolver el desafío de aplicar el aislamiento en un territorio cuya superficie es de una vez y media la de la Ciudad de Buenos Aires.

“Esta vez no vamos a cerrar los puentes de la Panamericana”, anticipó la fuente. Esa medida se adoptó en la primera fase de la cuarentena y luego se retiró, paulatinamente, de forma completa. “Ahora vamos a los tejidos urbanos para garantizar que se pueda identificar por qué circula el que lo hace”, indicó.

Por eso, apuntó que “el foco de los controles no estará tanto en el comercio, sino en buscar que el comerciante se dé cuenta de la que gente no sale de la casa para comprar lo que no sea esencial”.

“Son dos semanas en las que hay que desalentar todo lo que no sea aprovisionamiento”, subrayó.

Sin tolerancia

La otra cara de los controles estará puesta en el transporte, que desde esta semana es exclusivamente para los trabajadores de los rubros esenciales.

En ese aspecto, el control estará en manos de las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, que tendrán la orden de no dejar viajar a nadie que no tenga permiso para hacerlo.

“Los controles de transporte serán con fuerzas nacionales y provinciales. No hay contemplación para el que no sea esencial, está claro cuáles son las actividades que pueden y no hay tolerancia”, expresaron desde el municipio.

Por otro lado, anticiparon que las empresas que ya estaban trabajando el Parque Industrial podrán seguir abiertas, con un “control muy estrictico sobre los protocolos”.