Un gin nacido en Pilar fue medalla de oro en Londres

Un gin nacido en Pilar fue medalla de oro en Londres

Fernando Cao soñó Alma como hobby de cuarentena y logró un producto premium. Esta semana, consiguió una medalla de oro en una de las competencias especializadas más prestigiosas del mundo.

Como a muchos profesionales afincados en Pilar, las restricciones aparejadas a la pandemia de coronavirus le cambiaron la rutina al abogado Fernando Cao. A principios del año pasado, mudó su estudio del barrio de Belgrano a un complejo de oficinas en la Panamericana, más cerca de su casa. Menos horas pico de autopista y más tiempo libre fueron los primeros ingredientes de un sueño que nació como hobby de cuarentena y se convirtió en una empresa pujante: Alma Gin, que esta semana se consagró en Londres con una medalla de oro sobresaliente en uno de los concursos internacionales más prestigiosos de bebidas espirituosas.

“Nacido en Pilar, premiado en el mundo”, resume en diálogo con El Diario, Cao, que ya piensa en el eslogan para relanzar su marca.

“Es un hobby, siempre me gustó y a partir de la pandemia, me capacité, investigué y entré en contacto con especialistas”, cuenta.

El primer alambique estuvo instalado en el sótano de su casa. “Empezamos a probar la destilación primero con los botánicos por separado, después los fuimos mezclando y probamos el resultado”, cuenta.

Ese primer equipo podía producir hasta 10 litros por vez de este clásico destilado, que volvió a ponerse de moda a fuerza de simpleza y ductilidad. El gin tonic es la estrella de las barras de los bares pero también permite lucirse en casa sin demasiados ingredientes ni conocimientos especiales. 

Después de darle a probar a familiares y allegados, algunos muy conocedores de la materia, los resultados fueron prometedores. Tanto, que pronto el alambique de 10 litros fue remplazado por otro de 30 y el sótano de la casa por un local en un centro comercial de la calle Caamaño. Pero lo mejor estaba por venir.

Gold 

Pronto empezó un desarrollo comercial incipiente. Una primera partida de 100 botellas de 750 cm3 y otras 200 de 500 se vendió rápido a distribuidoras y bares. En pocos meses debió pensar en tercerizar la producción para ganar escala. Pero sin perder el corazón pilarense: hoy el local de Caamaño fue convertido en laboratorio de donde surgen las nuevas ideas.

“En enero decidí ver dónde estaba parado y lo mandé al certamen de Londres donde ya habían participado varios gins argentinos, que habían sacado medallas de plata y de bronce”, cuenta Cao.

Se trata de la International Wines & Spirits Competition (IWSC), de Londres, donde cada año unos 250 expertos califican rigurosamente el producto que decenas de empresas y emprendedores del mundo envían, previo pago de 250 libras de inscripción.

“Especulaba con una medalla: con bronce era Maradona en el 86, con la plata era Dios”, dice Cao. El resultado lo elevó varios centímetros del piso: fue Oro Sobresaliente, con 98 puntos sobre 100. 

El suyo fue uno de los 9 gins del mundo que obtuvieron calificaciones altas en esta edición. De los otros ocho, dos son argentinos (Andes, de Mendoza, y Ruana) y los otros provienen de productores tradicionales, como Escocia, Gales y Reino Unido, o más novedosos, como Italia o Japón. 

 

El producto  

Al paladar,  “suave como la seda” 

El premio está a punto de tener su correlato comercial con el lanzamiento de una edición especial que tendrá una botella gris, con la etiqueta serigrafiada y el agregado de la medalla dorada. 

Además, apunta a consolidarse en la zona, con base en Pilar, cuyo mercado le resulta a Cao especialmente atractivo por el desarrollo de la gastronomía y la coctelería locales.  

Los resultados del concurso definen al Alma Gin como “una ginebra con una textura suave como la seda en el paladar y una nota dulce persistente”. Cao asegura que, incluso, los amantes de las destiladas pueden tomarlo puro debido a un aroma y sabor fresco, poco alcohólico, que esconde una graduación del 40% matizada en los 16 botánicos tradicionales, pero de alta calidad, entre los que destacan el enebro, un mix de pimientas, y las pieles de naranja y limón que le dan un toque cítrico y dulzón.

Una segunda versión, aún no cotejada en concursos pero sí en el mercado, es un blue gin infusionado con arándanos y té oolng que le dan un tono celeste.

Ya sea en la barra del bar o en casa; con tónica, en un negroni o como base de un elegante matrini dry, Alma Gin arrancó su camino con el pie derecho. Y parece hacer llegado para quedarse. 

 

Por Diego Schejtman

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