La escena se está volviendo un clásico: dos sujetos en moto que suben a la vereda, enfrentan a quien venga caminando y a punta de pistola -o no- lo desvalijan en no más de 10 segundos. Esto pasa en cualquier zona de la Ciudad, cualquier día, a toda hora. Y ayer le pasó a un policía que terminó internado. Al momento del robo el hombre estaba acompañando a su hija al colegio. Mientras lo abordaban, los ladrones le dieron dos culatazos que prácticamente lo dejó inconsciente y escaparon -dicen en el barrio- sin llevarse nada. La metodología es, en la mayoría de los casos, siempre la misma. Los motochorros suelen moverse de a dos, abordando a los peatones desprevenidos. Luego aparecen las amenazas. Y, por fin, la fuga. Pero lo que asombra y asusta a los platenses es la violencia que despliegan los ladrones: en muchos de los casos arrancan golpeando a las víctimas, sin mediar palabra. Y esto sucedió ayer. Fue en la esquina de 20 y 56, por donde caminaba un hombre, del que los vecinos dijeron que es policía, junto a su hija. Iban a la escuela de 20 y 54. “La nena entraba a las 3 de la tarde”, aseguró una vecina, “y esto pasó un ratito antes de esa hora”. Pero en medio del camino aparecieron de repente los motochorros. Según contaron algunos vecinos de la zona, los ladrones se movían en dos motos, y abordaron al hombre por la espalda. Si bien esto no fue confirmado oficialmente, testigos de la cuadra afirmaron que el hombre apenas llegó a reaccionar. Los motochorros se le aparecieron por la espalda, haciendo rugir los motores, metiendo miedo. “Me dijeron que trató de cubrir a su hija, pero los ladrones le pegaron antes”, detalló un vecino de la zona. Lo cierto es que los ladrones le acertaron a la víctima dos culatazos en la nuca, tras lo cual se fueron sin terminar el robo. Había circulado la versión de que se llevaron plata y un celular, lo que fue desmentido en el barrio y desde la comisaría Quinta. Los vecinos llamaron de inmediato al 911 y los primeros en acudir fueron los patrulleros del CPC, uno de los cuales trasladó al damnificado al Hospital Italiano, ya que “la ambulancia no llegaba nunca”, explicó una frentista. Los vecinos contaron que el hombre quedó internado, aunque fuera de peligro. La hija del hombre salió ilesa de esta historia, aunque quedó asustada. El dueño de una peluquería ubicada a una cuadra del lugar, afirmó que esto “pasa casi todos los días, y no es que pasa de noche, es a todas horas y en todo momento”. De hecho, un rato antes del ataque al policía a una mujer le habían quitado su cartera a pocos metros, con la misma modalidad.