El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, manifestó “una gran emoción y una serena esperanza en el futuro y la misión de la Iglesia en el mundo en los años por venir” por la elección del cardenal primado argentino Jorge Bergoglio al frente de nuevo pontificado
El obispo, quien fuera auxiliar de Bergoglio en la Arquidiócesis de Buenos Aires destacó “haberlo conocido en una cierta profundidad” donde “aprendí muchas cosas de él y tengo una inmensa alegría de que sea el supremo pastor de la Iglesia”.
Monseñor Ojea contó su emoción al momento de la noticia: “Estaba frente al televisor en el primer piso (del Obispado sanisidrense) y cuando el cardenal diácono dio el nombre Jorge Mario en latín pegué un salto, y cuando terminó de decir Bergoglio, un grito de alegría y emoción muy grande e inmediatamente después un deseo de pedirle a la Virgen que lo cuide y lo sostenga”.
“Fue una alegría, y le agradezco a Dios, haber podido trabajar con él en equipo en el Consejo Episcopal y aplicarlo acá en la Diocesis”, agregó.
Sobre la personalidad del nuevo pontífice, Ojea consideró que Bergoglio “es un hombre que le da mucha importancia a los pequeños gestos, de una gran delicadeza y finura” y por ello “cada gesto va a ser de cercanía, sencillez y apertura”.
También contó que “es un hombre de carácter y de decisiones, muy cercano, de trabajo y de oración, muy sensible al trato personal, es su don. Es un hombre de intimidad, de encuentro, pastoralmente muy importante porque se pasaba atendiendo todo el tiempo y no se tomaba vacaciones. Para poder gobernar hay que tener buen humor y él lo tiene y un conocimiento del trato personal muy grande” aseguró.
Consultado si creía que el de Francisco será un pontificado de acercamiento con las otras religiones, Ojea indicó que “la Iglesia viene trabajando tanto en el ecumenismo como en el diálogo interreligioso desde el Concilio Vaticano II y en ese sentido, todos los Papas han ido produciendo avances. Pienso que con Francisco este proceso se seguirá ahondando. En sus primeras palabras se presentó como Obispo de Roma, como un primus inter pares, que abre una esperanza cierta al diálogo con otras confesiones”.
Asimismo, adujo que la elección de un latinoamericano demuestra que “la principal preocupación del papado no está basada en la descristianización de Europa sino en la fe popular de América Latina” a través de “una persona que conoce” esa particularidad.
En ese sentido, aseveró que Bergoglio “tuvo una intervención muy importante en el documento de Aparecida, que es el último de los obispos latinoamericanos, respecto de la fe popular”, al tiempo que la elección “significa un conocimiento más importante de una Argentina capaz de darle hombres a la Iglesia y al mundo, con posibilidad de construir la paz, y establecer un diálogo con los líderes mundiales”.
Consultado sobre el trabajo que realizó en lo social, Ojea contó que el flamante pontífice “siempre respaldó continuamente el trabajo de los curas de las villas” y “defendió al Padre Pepe, cuando fue amenazado por el narcotráfico en un momento muy complicado”.
“Las parroquias de las villas eran a las que se acercaba con mayor frecuencia. Era donde siempre se quedaba, a comer un asado o un mondongo. Una señora que vive en la 21 me mandó ayer un mensajito por su alegría de que el ‘Padre Jorge’ era Papa y no lo podía creer” agregó.
En ese sentido, Ojea destacó la elección del nombre Francisco, al asegurar que se trata de “una de las figuras históricas más parecidas a Jesús, cuya entrega, dedicación y humildad provocaron una transformación en la Iglesia”.
Finalmente, monseñor Ojea aseguró que el mensaje de la presidenta Cristina Fernández al flamante papa fue “correcto y medido”.
“Hay que destacar (la confirmación de Cristina sobre) su presencia en Roma en el inicio del pontificado, que eso es lo que cuenta. Es un momento, en que no tiene que servir a pequeñas mezquindades de nuestra política interna porque estamos ante un hecho que la trasciende” añadió.
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