Mientras bajan en el país, en Salta hay más nacimientos

Mientras bajan en el país, en Salta hay más nacimientos

A diferencia del ámbito nacional, la tendencia se destaca desde hace varios años. NOA y NEA están, históricamente, por encima de la media nacional de embarazo adolescente.

Los nacimientos son cada vez menos en Argentina, sostienen desde hace varios años fuentes oficiales y privadas. Salta, sin embargo, es una excepción dentro de esa tendencia porque los nacimientos van en aumento, año tras año, por lo menos desde el 2000, de acuerdo con un informe de casos registrados en la Dirección de Registro Civil, al que accedió El Tribuno.

Desde 2000 hasta 2015 hubo 421.501 nacimientos. En 2000 fueron 23.404 nacimientos y el año pasado, 29.075. Dentro de este rango se fueron dando los registros con una sola excepción: en 2014 se registró el mayor número de nacimientos: 29.634, esto es, 559 más que el año pasado.

La diferencia puede obedecer a una modificación puntual por alguna razón demográfica en particular, o ser el comienzo de una tendencia decreciente de natalidad que finalmente acompañe a lo que sucede en el orden nacional. La respuesta empezará a saberse cuando se tengan los datos de este año. Por el momento, y con los registros oficiales en mano, surgen, entre otras, las siguientes variaciones: en 2002 hubo 28.856 nacimientos, pero en 2004 el número bajó a 17.988, para volver a trepar en 2010 a 28.983.

Las adolescentes

En este contexto, vale destacar que Salta, el resto del NOA, y todo el NEA se encuentran históricamente por encima de la media nacional de embarazo adolescente, con 15,5%. En los últimos años varió entre un 17% y un 21%", según datos proporcionados por la Supervisión de Salud Sexual y Reproductiva de la Provincia. Esa información consigna también que en 2014 la tasa de embarazo adolescente fue de 20,8% y en 2015, de 19,8%. Aunque la tasa disminuyó un punto entre un año y el otro, siguen posesionando a Salta entre una de las provincias del NOA y NEA con cifras de embarazo adolescente por encima de la tasa nacional. 

Para los especialistas, la disminución en la cantidad de hijos y el retraso en la maternidad están relacionados con el mayor nivel educativo de las mujeres.

Las variables demográficas no son homogéneas entre las distintas jurisdicciones del país, ha señalado un informe del Indec del año pasado. Por caso, la ciudad de Buenos Aires, urbe principal del aglomerado urbano más envejecido del país, presenta una conformación demográfica similar a la de los países europeos, distinguiéndose del resto del país: la tasa de crecimiento medio anual del 4,5 por mil entre 2001 y 2010 fue la más baja del país. Luego están las provincias -entre ellas las más pobladas- como las de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Santa Fe y La Pampa que en general presentan variables demográficas concordantes con la de la media nacional.

En otro orden se encuentran la mayoría de las provincias del noroeste y noreste (Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán) que a nivel general el Censo 2010 demostró que mantienen tasas de natalidad por sobre el promedio nacional. Estas poblaciones han experimentado una fuerte emigración hacia centros urbanos como el Gran Buenos Aires, vislumbrándose así un crecimiento total menor a la media nacional.

ALGO DEL PAÍS

Según el Ministerio de Salud de la Nación, del total de nacidos vivos en el país durante 2012, unos 282.031 se produjeron en Buenos Aires y 43.733 en la Capital Federal. En Córdoba la cifra ascendió a 56.864; en Santa Fe fue de 54.056. En Mendoza los nacidos vivos fueron 33.074; en Tucumán, 28.989 y en Salta, 26.518.

"LOS EMBARAZOS SON UN SOS DE LA FALENCIA FAMILIAR"

La psicóloga Marta Vaca remarcó el rol indelegable de los padres. La reconocida psicóloga salteña Marta Vaca se centró en la necesidad de revalorizar la familia para contener a los jóvenes y enseñarles hábitos, esos que los harán adultos responsables que puedan trabajar y colaborar con el desarrollo económico del lugar.

"Hoy, muchos padres no escuchan ni oyen y, por lo tanto, no prestan atención a las necesidades de sus hijos, entonces aparecen embarazos, alcoholismo, drogadicción, VIH, como SOS de esas situaciones; son emergentes de una instancia de falencia familiar", explicó. Y continuó: "A menudo se cree que la educación sexual es enseñar cómo es el coito, lo estrictamente genital y no es así. La resocialización de la sexualidad es enseñar a cómo hay que comportarse como mujer, como hombre, cómo comportarse ante una elección diferente a la sexualidad cotidiana. La cosa no es regalar preservativos así nomás porque sí, sin siquiera saber si el destinatario está preparado para la sexualidad".

Y comentó que trabaja con padres en un grupo parroquial. "Ellos muestran preocupación por el tema, pero cuando les pregunto adónde están para acompañar a sus hijos en esto de que la sexualidad muchos no saben qué contestar", dijo.La especialista recordó los tiempos en que se le daba importancia a las actividades deportivas, estudio de idiomas; siempre estaban ocupados entonces, el adolescente se relaciona de otra manera. En cambio, ahora, predominan las salidas nocturnas, el alcohol, el fumar y las drogas.

"Entonces la adolescente no terminó el secundario y ya es mamá, que tampoco es mamá porque se lo crían los abuelos", puntualizó.

DESDE EL INTERIOR

También refirió al comportamiento de los jóvenes que vienen del interior a la capital. "Muchos llegan pensando que van a estar mejor y por eso pierden su casa, sus pertenencias. En vez de quedarse ahí y prepararse para lo que necesita su lugar de origen, se vienen. Y acá se pierden, no saben qué hacer, entonces para estar en la onda tienen que masificarse, tomar, fumar, salir. En ese entorno no hay control para nadie, ni para chicas ni para muchachos que deciden no usar preservativos porque eso 'no es de machos'", graficó.

Luego acotó: "Yo veo una linda solidaridad con la chiquilla embarazada que todavía cursa el secundario, pero en esas instancias no se tiene mucha conciencia de lo que significa la responsabilidad de traer un hijo al mundo. Este es un dato de la realidad, un dato que aflora de lo cotidiano, de lo que se puede ver en la calle".Por todas estas cosas, insisto en que "la base de todo es la familia, no la escuela como muchos quieren hacer ver. La escuela es para educar, la familia es la que prepara las bases de los hijos para que mañana sean personas que puedan trabajar y colaborar con el desarrollo económico del lugar. Se le exige a la escuela pero la escuela no puede hacerse cargo de lo que no le dan los padres porque están ocupados en llevar la plata a la casa, en lo que le van a comprar, pero no en hablar con los chicos sobre lo que les pasa, sobre sus proyectos, sus pensamientos, sobre qué siente, qué piensa, qué quiere para su vida. En otros lugares del país no pasa esto. Acá hay algo cultural, algo de ese todo tiene que ver con todo".Marta Vaca subrayó otro aspecto.

Una pareja tiene que criar bien a los chicos, no pasar la responsabilidad a otros (padres, escuelas y hospitales). ¿Por qué esos otros tienen que hacerse cargo de lo que no te hacés cargo vos? Lo que sí se puede hacer como familia, por ejemplo, es colaborar, no más que eso".

LA IGLESIA Y EL ESTADO

Respecto del rol de la Iglesia y del Estado en esta cuestión, la psicóloga fue contundente: "La Iglesia y la escuela no fallan en esto. Cada familia tiene su identidad, su modo de vivir y de ser, por lo tanto la Iglesia no se puede hacer cargo de cada familia; menos puede hacerse cargo la escuela. ¿Cuántas identidades juntas tiene una maestra para hacerse cargo? El Estado pone los hospitales, las escuelas, pero no se puede hacer cargo de un hijo. La escuela educa, los hábitos se aprenden en la casa. El padre y la madre no hablan con los adolescentes, muchas veces ni comen con ellos. ¿Cómo quieren que en esta instancia de vivir la sexualidad no queden embarazadas? Y cuando se quieren dar pautas de resocialización de los conceptos de la sexualidad, todos se enojan".

Opinó, en ese sentido, que "hay que ver qué está pasando acá con mamá y papá. Cuando los padres son convocados por los colegios porque los chicos tienen problemas, la mayoría no va, o si van agreden a los profesores, a recriminarles por qué aplazan a los chicos, pero cuando se les pregunta si controlan cómo y cuánto estudian, contestan que no.

¿Por qué pegarle al docente, si ellos son los responsables?

Por eso, una vez más, hay que volver de nuevo al concepto de las familias. Las escuelas, los hospitales atienden, pero no pueden hacerse cargo de esta avalancha, de este desborde que hoy son muchas familias", dijo.

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