A 6 meses de la prohibición de las bolsas en los súper, la industria plástica se queja

A 6 meses de la prohibición de las bolsas en los súper, la industria plástica se queja

El gobierno porteño dice que es un éxito pero la industria asegura que se separan menos residuos, que bajó la actividad y el empleo, y se importan más productos

Pasado el primer semestre desde que se prohibió la entrega de bolsas plásticas en supermercados de la ciudad de Buenos Aires, la evaluación de la medida tiene sus claroscuros. Mientras en la Agencia de Protección Ambiental del gobierno porteño la describen como "exitosa", ya que "se evitó el uso de 250 millones de bolsas plásticas y se entregaron en su reemplazo más de 720.000 bolsas reutilizables" (gran parte de ellas, de plástico reciclado), los industriales del sector califican a la prohibición como "ruinosa y contraproducente".

 

 

En estos seis meses de vigencia de la resolución "el impacto fue enorme. El sector está trabajando a un 50% de su capacidad y registró $ 150.000.000 en pérdidas económicas y se perdieron 400 empleos en las casi 120 empresas que se dedican a la producción de bolsas plásticas en la ciudad", confirmó a El Cronista Sergio Hilbrecht, gerente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP).

 

 

En tanto, Verónica Ramos, gerente de Ecoplas, entidad profesional del sector que promueve el reciclado del plástico, advirtió que "por falta de bolsas diferenciadoras, los vecinos están dejando de separar los residuos en secos y húmedos. Las cooperativas de recicladores nos comentan que tienen que volver a abrirlas para rescatar los materiales reutilizables, lo cual es claramente un retroceso".

 

 

La directiva de Ecoplas añadió que "las bolsas diferenciadoras ayudaban a los vecinos y a los recicladores a diferenciar y aprovechar mejor los residuos. La idea de cobrarlas unos $ 0,65 la unidad contribuyó a que su uso sea más racional. Pero las que se están vendiendo ahora, no sólo son mucho más caras sino que no cumplen esta función. Además hay que lavarlas para poder reutilizarlas, con el consiguiente gasto energético y de agua, dejando de ser amigables con el ambiente. En municipios como Salta y Córdoba, que habían prohibido las bolsas plásticas antes que Buenos Aires, tuvieron que volver atrás con la medida", aseguró.

 

 

Más allá del impacto directo en los fabricantes de bolsas, todo el sector del plástico está atravesando una situación complicada, debido "en primer lugar a la caída del mercado interno, y al ingreso de productos semielaborados y terminados importados", señaló Hilbrecht. "El costo de las materias primas en Argentina está 25% por arriba del internacional porque se trata de proveedores únicos en cada rubro, y encima tenemos costos logísticos e impositivos altos. Hoy la mayoría de las 2.800 fábricas argentinas de plásticos -en su mayoría pymes- que representan unos 52.000 empleos, está trabajando con un 40% de su capacidad ociosa, recortando horas extras y con retiros voluntarios", describió el directivo de CAIP.

 

 

En el caso de Mascardi, una de las líderes en la fabricación de artículos del hogar plásticos "no estamos importando porque fabricamos todo en base a material reciclado local, pero cada vez llegan más productos de afuera de dudosa calidad", señaló a El Cronista su titular, Roberto Reydi. "El problema es que tenemos precios caros, los costos de materia prima y laborales están por las nubes, entonces tengo que reducir personal. Invertí en una planta con capacidad para mil toneladas por mes y hago 150. Así el negocio no camina", confesó.

 

 

Desde Colombraro, en tanto, aclararon que la firma tampoco está importando productos pero "cada vez hay más competencia de artículos de Chile, Brasil y China más baratos. A esto se suma el aumento de los costos de producción y de materias primas, y la caída de las ventas".

Comentá la nota