“Nos mandan a recaudar y nos amenazan con los contratos”

“Nos mandan a recaudar y nos amenazan con los contratos”

Inspectores de Tránsito dicen que no les queda otra. “Si no hacemos multas nos quedamos sin trabajo, no tenemos opción”, aseguran.

LM Cipolletti contó días atrás que los inspectores de tránsito, y hasta los responsables del Juzgado de Faltas, cobran un plus por la cantidad de multas realizadas. Esta situación generó una gran polémica que inmediatamente se tradujo en malos tratos a los agentes municipales que diariamente realizan controles en las calles.

Los propios inspectores, alarmados, decidieron dar su testimonio aunque sin precisar públicamente sus identidades “por miedo a represalias”.

Una de estas personas aseguró que trabajan bajo una presión constante, ejercida directamente por la coordinadora del área. “Los incentivos vienen desde hace tiempo, pero nunca como ahora, te diría desde hace un año aproximadamente. Nos están presionando todo el tiempo con la cantidad de actas y secuestros que tenemos que hacer”, aseguran.

El tema es complejo, ya que la mayoría de quienes se desempeñan en este área son contratados, carta que se tira sobre la mesa a la hora de exigirles aumentar la recaudación.

“A nosotros nos obligan a hacer esto, porque si no, nos quedamos sin trabajo. La coordinadora, en persona, viene todos los meses y te dice ‘fijate que bajaste la productividad, fijate que labraste menos actas, acordate que a fin de tal mes se te vence el contrato’. Es una presión constante”, advierten.

Esto obviamente también genera disputas internas, divisiones y una permanente competencia entre los inspectores por cazar infractores y así poder engrosar algo sus salarios. Por mes, cobran alrededor de $6000, mientras que el incentivo puede llegar a los 1500 pesos, es decir, un 25% del sueldo. Esto es por trabajar 7 horas de lunes a viernes, más 20 horas de guardia mensuales durante los fines de semana.

Crecieron las agresiones

Luego de que saliera publicada por este medio el pago de plus por multas realizadas, los conductores tanto de autos como de motos se volvieron más beligerantes aún. Así lo confirman los agentes de Tránsito, que dicen que ahora la mayoría de las personas que paran en la calle los increpa y pregunta: “Hijo de puta, cuánto plata te querés quedar con esta multa”.

Sin embargo, lo que les exigen a los inspectores es labrar actas, secuestrar carnets de conducir y vehículos. Pero no les pagan un porcentaje por cada multa, sino un incentivo generalizado que dejarán de cobrar si su productividad disminuye o no alcanza el nivel deseado.

En los últimos días se produjeron muchos hechos de violencia que tuvieron a los agentes de Tránsito como víctimas. La semana pasada, durante el examen de conducir, un motociclista que fue desaprobado la emprendió a cadenazos contra el inspector provocándole serias lesiones en la cabeza. Hace días, un iracundo automovilista increpó a una municipal y hasta intentó introducirle un talonario en la boca. “Esto se repite todo el tiempo y en estos últimos tiempos se profundizó”, remarcaron.

Cómo se evalúan los ítems que definen el cobro del incentivo

Los inspectores de Tránsito explicaron que formalmente hay otros ítems que contemplan a la hora de pagar los incentivos. Aunque en ese punto aclaran que le dan una importancia casi exclusiva al presentismo. Pero acá es donde aparece el problema para la mayoría de ellos. Según los propios trabajadores “el presentismo también lo definen por la cantidad de multas y secuestros realizados”.

Si bien una cosa no tiene nada que ver con la otra, la lógica parece no ser siempre la que guía las decisiones de sus jefes. “Si vos un día estuviste cortando el tránsito porque hubo un accidente, si ayudaste a un compañero en diversas tareas, si te dedicaste a prevenir, si estuviste teniendo el alcoholímetro toda la noche, si estuviste más horas de las que te corresponden pero no trajiste ningún secuestro, ningún acta o multa, para ellos es como si no hubieses trabajado”, informaron.

De esta manera, se evidencia un claro un fin recaudador por parte del Poder Ejecutivo, que según los trabajadores se aplica de manera “totalmente autoritaria e intimidante”.

En ese sentido, aseguran que en el Municipio “quieren que salgamos a recaudar y estamos obligados a hacerlo para no perder nuestros trabajos”.

Además, sostienen “es muy grande el daño psicológico que te genera este maltrato y presión constante a lo que después se suma el de los infractores en la calle”.

En el último año han sido varios los que han optado por buscar nuevos rumbos laborales ante esta situación, algunos dentro del mismo Estado municipal y otros por fuera.

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