La madre de Farré fue testigo de otro brutal ataque de su hijo contra su mujer

La madre de Farré fue testigo de otro brutal ataque de su hijo contra su mujer

Una de las empleadas domésticas recordó un episodio de “extrema violencia” en Punta del Este. “Los nenes le tenían mucho miedo a su padre”, contó.

Claudia Schaefer (44) era víctima de violencia de género: soportó insultos, golpes y maltrato psicológico. En la única denuncia que llegó a hacer en la Justicia describió un ataque en el que su esposo Fernando Farré la había empujado contra un sillón y le puso la rodilla sobre la cara para inmovilizarla. Lasempleadas domésticas que vivían con la familia, y que declararon esta semana ante la fiscal de la causa, aportaron más datos y más episodios del martirio que sufría la mujer. Una de ellas recordó unas vacaciones en Punta del Este, en las que fue testigo de un hecho de “extrema violencia” por el cual decidió llevarse a los hijos de la pareja a “dar un paseo”. Ambas coincidieron en que Farré era una persona “muy violenta” y que el maltrato era “constante”. 

Mónica tiene 38 años y llegó de Perú hace 15. Desde 2007 hasta abril pasado trabajó para Farré y Schaefer en el mantenimiento de la casa y el cuidado de los chicos, hasta que fue despedida por el acusado de asesinar a su esposa de 74 puñaladas. María, de 18 años y nacionalidad paraguaya, trabajó en la casa cama adentro los últimos ocho meses. Hasta el día del crimen. 

Ambas coincidieron en que Farré era “muy violento” con Claudia y que el maltrato “era constante”. Mónica recordó ante la fiscal de la causa, Carolina Carballido, un “episodio de extrema violencia” que Claudia soportó en una de las vacaciones que compartió con la familia en Punta del Este. 

“Ella acompañaba a la familia en sus vacaciones para cuidar a los niños. En una de esas oportunidades se produjo un episodio de extrema violencia y la empleada agarró a los tres chicos y se los llevó a dar una vuelta, ya que los nenes le tenían mucho miedo a su padre. La madre del imputado estaba presente en ese momento; sabía de la violencia”, contó a PERFIL el abogado de las empleadas, Claudio Katiz. Este hecho fue hace unos cuatro años en la casa que habían elegido para veranear. 

Las empleadas también eran víctimas de la agresión del ex ejecutivo de Coty. “Las denigraba por su condición de empleadas y extranjeras. Contra ellas el maltrato era verbal: les decía ‘mugrientas’, ‘muertas de hambre’. Cuando una de ellas lo amenazaba con denunciarlo por las agresiones que sufría Claudia, él le respondía con escarnio: ‘A la policía se la molesta cuando una hija es violada’, le decía sabiendo que una de ellas había atravesado esa problemática”, detalló Katiz. 

Madre. “Farré tiene adoración por su mamá. Según contaron las empleadas, esta mujer controlaba todo: dónde estaba Claudia, qué hacía o dejaba de hacer. Mis defendidas debían rendirle más cuentas de lo que hacían los nenes a la abuela que a la propia madre”, destaca el abogado. 

María se enteró del crimen de Schaefer por la televisión. Ella se había quedado al cuidado de los tres hijos de la pareja mientras Claudia se dirigía con su abogado hasta el chalet del country Martindale de Pilar a retirar sus pertenencias, como se había acordado en el trámite de divorcio. 

Al ver la noticia, la joven se quedó paralizada. Poco tiempo después, la madre de Farré, que había sido testigo del brutal ataque, tocó timbre en el departamento de avenida Libertador al 1700, en el barrio de Recoleta, y le dijo que se retirara, ya que ella se llevaría a los chicos para cuidarlos (hoy los menores están bajo la tutela de la hermana de la víctima).

Ese día, antes de despedirse, Claudia les dijo a sus hijos: “Hoy empieza una nueva vida”. Según recuerda María, su patrona se había levantado feliz porque iba a poner fin a la turbulenta relación con su esposo. 

 

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