Lavado de cara a un clásico de la Ciudad

Lavado de cara a un clásico de la Ciudad
Más de 400 películas se exhibirán en 12 días de festival. Nueva sede, nuevo director, nuevas polémicas y mucho cine para ver.

Gustavo J. Castagna

Un joven vuelve a su casa cargando su bajo, el instrumento que le prestara su padre para tocar esa noche. Es madrugada y no importa cenar a cualquier hora. El padre se despierta con su abundante abdomen y ambos se disponen a comer tallarines. Él le pregunta a su hijo: "¿cómo te fue?" "Bien", responde el músico barrial, pero agrega: "se armó un bardo". El padre, que sigue comiendo los fideos y hace ruido al deglutir, vuelve a preguntar: "¿qué es bardo?" La escena pertenece a Mundo grúa, opera prima de Pablo Trapero, exhibida por primera vez en 1999 durante el bautismo del Bafici a fines del siglo pasado. La película obtendría un par de premios importantes en aquel nuevo evento cultural y desde allí comenzaría su recorrido por numerosos festivales hasta el estreno oficial.

El Buenos Aires Festival de Cine Independiente cumple quince años y en esta nueva edición, que arranca el míércoles, el opus inicial de Trapero se presentará en la sección organizada por Fipresci, entidad conformada por críticos argentinos, junto a otros catorce films nacionales que representan hasta hoy uno de los objetivos del festival: impulsar a un nuevo cine argentino germinado por las escuelas de cine y concebido por jóvenes cineastas que realizan su ópera prima, segunda o tercera película.

Mucha agua corrió por los puentes baficianos durante los quince años de vida. Tanta que tiene un nuevo director –Marcelo Panozzo– y también un cambio sustancial con su sala central y de cabecera, ya que desde este año será el complejo Village Recoleta, sustituyendo al Abasto, el que agrupe una buena parte de las funciones.

¿Qué es el Bafici? es un interrogante difícil de responder. Como cualquier otro festival con ambiciones, es un evento aplastante en números: la 15 edición exhibirá más de 400 títulos entre largos, cortos y mediometrajes, conferencias de prensa, presentaciones de libros, homenajes, encuentros en relación al cine. Pero el Bafici tiene sus propias características, que colman de felicidad a muchos y enojan e irritan a otros. Por un lado, es un encuentro amplio y democrático en cuanto a propuestas, pero los mayores esfuerzos de los programadores se inclinan hacia la novedad, el riesgo estético, la película no estrenable cada jueves, el tiempo muerto en la narración antes que el montaje trepidante que caracteriza al grueso del cine industrial de cualquier origen. También, manifiesta un interés por el nuevo director que viene empujado desde otros festivales de prestigio (Cannes, Berlín, Rotterdam) y por el último opus de un cineasta consagrado. Eso, y mucho más, sigue siendo el Bafici. Para buena parte del espectador cinematográfico, un festival de elite donde el crítico se hace una panzada de “cine importante”; para otros, el único lugar posible donde pueden verse esas películas que recorren festivales y que la distribución local jamás se animaría a estrenar. En esas variables que fluctúan entre el goce por el descubrimiento y el fastidio de ver un plano fijo sin significación alguna que dura quince minutos o media hora, el Bafici es un festival de la Ciudad de Buenos Aires: culto, con cierto aire de presuntuosidad y arrogancia, nunca popular (menos populista), donde se discute sobre cine pero también se deja un espacio libre para el exhibicionismo y la autosuficiencia que se confunde con la pose (pseudo) intelectual. La mudanza del Abasto hacia las instalaciones del Village Recoleta (en el Centro Cultural al lado del cementerio funcionará el “Meeting Point”) acaso aclare más estas afirmaciones, por ahora solo suposiciones. Se verá con el paso de los días si desde su ADN ya habitual e histórico, el Bafici aumenta o disminuye las características que lo identifican como un festival personal, maravilloso y un tanto sectario en dosis similares.

Y están las películas para celebrar la nueva edición, el reaseguro del cinéfilo ante tanto cine de inmediato olvido que se estrena cada jueves. Y también las retrospectivas, las visitas de prestigio y la polémica interminable por un plano secuencia solo virtuoso o plenamente justificado. Entretanto para ver y descubrir, algunas referencias al pasar.

RETROSPECTIVAS. Serán tres sobre cineastas eclécticos. De Adolfo Aristarain se exhibirán sus largometrajes (con la excepción de Deadly, producida por Estados Unidos), donde están incluidas esas obras irrepetibles como La parte del león, Tiempo de revancha y Últimos días de la víctima. Del brasileño Julio Bressane se mostrará casi en su totalidad su amplia filmografía, pero la visita de Hong Sang-soo representa una de las apuestas fuertes de la nueva edición. El cineasta coreano es una de las figuras más relevantes del cine actual y nada más atendible que descubrir su obra a través de sus quince largometrajes. Entre ellos, los dos últimos, que serán exhibidos por primera vez: In Another Country (protagonizada por Isabelle Huppert) y Nobody’s Daughter Haewon.

MÚSICA. Veinte títulos integran la sección, bien democrática y atractiva, para conformar a un territorio amplio de interesados en el tema. Dos supuestas gemas: Imágenes paganas de “Cucho” Costantino sobre Federico Moura y Virus; e Ingrid Caven: musique et voix donde Bertrand Bonello refleja la potencia musical y actoral de una voz única como la de Caven, quien también fuera intérprete de algunos films del olvidado Rainer Fassbinder. Separada de la competencia oficial se mostrará Bloody Daughter de Stephanie Argerich, documental sobre la extraordinaria Martha Argerich realizado por su hija.

CHILE. El país vecino es un invitado de honor de la 15º edición, con varios títulos en diferentes secciones, que hasta incluye una retrospectiva completa al director Ignacio Agüero. Hay excelentes referencias sobre Aquí no, último film del director, y resulta imprescindible ver El diario de Agustín, historia del diario El Mercurio y su transparente complicidad con el poder y los años dictatoriales de Pinochet en el gobierno.

PANORAMA. Casi cien títulos de la programación están agrupados en esta sección, el espacio ideal para descubrir aquellas películas (largos, cortos y mediometrajes) de directores de renombre y con un peso importante en el cine de los últimos años. La lista sería interminable pero los últimos films de Takeshi Kitano, Manoel de Oliveira, Abbas Kiarostami, Margareth Von Trotta, Víctor Erice, Pedro Costa, Aki Kaurismäki, Olivier Assayas, Ulrich Seidl, Jean-Claude Brisseau y Carlos Reygadas dirán presente en el Bafici. Entre tanto cine de prestigio bien ganado, un par de sugerencias: el opus final del chileno Raúl Ruiz (La Nuit d’en face) y el nuevo título del iraní Jafar Panahi (Closed Courtain), que al igual que el anterior (This is Not Film) fue filmado dentro de su casa, ya que aun se encuentra en esas condiciones debido a la prohibición y censura decidida por el gobierno de su país.

CLÁSICOS. No pueden faltar en ningún festival y estarán en el Bafici dentro de la sección “Vanguardia y Género-Retro” obras maestras como La mosca de David Cronenberg, Sobreviven de John Carpenter y El rey de la comedia de Martin Scorsese, las tres de la década del '80, conviven con un título que marcó a toda una generación como El club de los cinco de John Hugues, aquella recordada historia del castigo-encierro a cinco estudiantes con sus propios traumas y conflictos.

AUSTRIA. El otro invitado de honor del festival. La historia de la imagen austríaca se dará cita en el Bafici con una serie de películas y videos vanguardistas de los años 30 hasta estos días. Será cuestión de arriesgarse y luego disfrutar o padecer.

TELEVISIÓN. El festival presentará un grupo de trabajos televisivos del francés André Labarthé y la revista Cahiers du Cinema denominado “Cineastas de nuestro tiempo” Entre otros directores, se verán los documentos sobre John Cassavetes, el gran Jerry Lewis, David Lynch, Jean-Pierre Melville y Jean Vigo. Se estiman desmayos de felicidad de varios cinéfilos debido a semejante propuesta.

INICIO Y CIERRE. Los 12 días del Bafici comienzan con la exhibición de No del director chileno Pablo Larraín, que refiere al famoso plebiscito de 1988 que empezaría a invalidar el deseo de Arturo Pinochet de mantenerse eternamente en el poder. Por su parte, el desenlace le corresponderá a Au bout de conte de la realizadora Agnès Jaoui, la misma que hiciera El gusto de los otros.

Bueno, ya está. Empieza el maratónico Bafici, un puñado de días a todo cine donde no se recomienda cerrar los ojos. O, tal vez, mirar con los ojos cerrados. «

doce recomendaciones para indecisos

Like Someone in Love de Abbas Kiarostami.

La mosca de David Cronenberg.

Outrage Beyond de Takeshi Kitano.

Après mai de Olivier Assayas.

El rey de la comedia de Martin Scorsese.

Turning Gate de Hong Sang-soo.

Japan’s Tragedy de Masahiro Kobayashi.

Sobreviven de John Carpenter.

Modelo 73 de Rodrigo Moscoso.

John Cassavetes de André Labarthé y Hubert Knapp.

La casa del sol naciente de Samuel Fuller.

Últimos días de la víctima de Adolfo Aristarain. (foto)

películas en cuatro competencias

Veinte films de diferente procedencia integran la Competencia Oficial. Tres de ellos son argentinos: Acá adentro de Mateo Bendesky; Leones de Jazmín López (coproducción con Holanda y Francia) y Viola de Matías Piñeyro, quien ya participó en el Bafici con Todos mienten y El hombre robado. Hay excelentes referencias para Berberian Sound Studio del inglés Peter Strickland, protagonizada por Toby Jones. Por su parte, 15 títulos componen la Competencia Argentina, con algunos directores ya abonados al festival, como el también escritor Sergio Bizzio (Bomba); Iván Fund (AB), Santiago Loza (La Paz), Marcos Berger (Hawaii) y el incansable y prolífico Raúl Perrone, una especie de padre del nuevo (ya viejo) cine argentino, que presentará P3ND3JOS. Pero este año Vanguardia y Género (que remplaza a Cine del Futuro) será la tercera muestra competitiva. Más de 20 títulos integran la sección con películas de diferentes duraciones y orígenes diversos. Films argentinos, chilenos, españoles, estadounidenses, filipinos y portugueses, entre otras nacionalidades, conforman el sector. También habrá una nueva muestra de la clásica competencia de cortometrajes. Algunas rarezas y curiosidades fuera de la sección oficial pero fuera del marco competitivo serán El crítico de Hernán Guerschuny (con Rafael Spregelbrud y Dolores Fonzi); El gran simulador (foto) de Néstor Frenkel (con René Lavand de protagonista); Los posibles de Santiago Mitre (El estudiante) y Lazos perversos de Park Chan-wook (Old Boy) primera incursión del director asiático por Hollywood con Nicole Kidman de protagonista.

los libros y todas las sedes

Tres libros se presentarán en la 15 edición del festival. Dos de ellos en relación al cine de Hong Sang-soo y Julio Bressane, invitados del evento, y Comedias, tragedias y cosas que explotan de Stephanie Zacharek.

Las otras sedes del festival, además del Village Recoleta, seán el C. C. San Martín, la Sala Lugones, el Malba, el Cosmos, el Arte Multiplex Belgrano, el Village Caballito, el Anfiteatro del Parque Centenario, la Fundación Proa y el Planetario. En este último lugar se verán momentos musicales de Led Zeppelin y Pink Floyd, pero también, documentales sobre arrecifes de coral...

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