En esta semana comenzó a implementarse el sistema de vacunación antigripal para aquellas personas que se encuentran comprendidas dentro de la población de riesgo, es decir, adultos mayores, embarazadas y aquellos que tienen alguna afección respiratoria. Sin embargo, funcionarios de Juntos por el Cambio han advertido una falta notoria de insumos.

Desde la gestión de Axel Kicillof se está realizando un primer reparto de vacunas de forma muy escasa y paulatina. De las 400 a 500 dosis que deben ser entregadas en las salitas de algunos distritos, apenas se cuenta con 90. La desesperación por conseguirlas produjo viajes innecesarios y colas interminables en la mayoría de los centros vacunatorios del conurbano, donde los médicos deben decidir qué vecinos poseen mayores riesgos para su salud. 

Si bien el aglutinamiento de gente no llega a producir lo que sucedió el viernes pasado cuando los jubilados tuvieron que cobrar las deudas de marzo, sí es cierto que muchas personas desde muy temprano comienzan una interminable cola que en ocasiones se extiende por más de cuatro cuadras. Si a esto se le agrega que las temperaturas están bajando y que los que acuden son grupo de riesgo, el cóctel es casi ideal.

Por otro lado, vale destacar que existe una obvia desinteligencia en lo que respecta no sólo a la cantidad de vacunas sino al proceso mismo de priorización de los diferentes grupos de riesgo. Lo importante es que aquellos que concurran deben hacerlo solo si son mayores de 65 años, están embarazadas o tienen alguna enfermedad que los integre al grupo de riesgo, acreditando la misma por un médico al menos de forma digital por medio de recetario o prescripción.

Previamente, se recomienda a los interesados que se comuniquen a los teléfonos oficiales de los municipios para confirmar la disponibilidad de vacunas o bien, si la persona a vacunarse cuenta con algún problema que le impida su movilidad, la posibilidad de que se pueda dar la dosis en su hogar.