El mismo Tribunal que absolvió a la madre de la pequeña en el 2001, ahora ventilará el caso contra el hombre que estuvo prófugo.
Una de los casos policiales más recordados del los últimos años tendrá, en los próximos días, su capítulo final, cuando Alejandro Amitrano (40) -un hombre que estuvo prófugo durante 13 años- sea juzgado por la muerte de su hija, Rosario Belén (1), tras una dura golpiza, en 1999.
Amitrano, está imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo, un delito que tiene la pena máxima: prisión perpetua.
La ex esposa de Amitrano y madre de la niña, Cecilia Cousau, fue juzgada en 2001 el delito de abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo, y fue absuelta por la Quinta Cámara del Crimen por falta de mérito.
Esta misma cámara, conformada por los jueces Gonzalo Guiñazú , Laura Gil de Chales y Rafael Escot, abrirán el debate el próximo martes a las 9. El fiscal que llevará adelante la acusación será Fernando Guzzo y abogado Osvaldo Miranda será el defensor.
El "caso Amitrano", uno de los hechos de violencia infantil fue recordado, durante años, por las crónicas policiales. Era una de los "casos sin resolver", Amitrano había desaparecido del mapa, tres días antes de que la niña muriera. Fue buscado algunas veces en Villa Mercedes, San Luis, donde había nacido, pero es probable que el hombre ya estuviera en alguna provincia argentina, o Brasil o Bolivia. Es que su familia tenía un nivel económico que le permitió moverse sin inconvenientes.
Pero cinco años atrás se instaló en Paraná, Entre Ríos, donde tenía un minimarket y una nueva pareja, una mujer que estaba embarazada al momento de ser detenido.
La descubrieron en enero del año pasado, cuando un policía de San Luis relacionado con la familia Amitrano, le pasó un dato al periodista Marcelo Ortiz, quien a su vez transmitió la novedad al vicegobernador Carlos Ciurca y al por entonces ministro de Seguridad Carlos Aranda.
El operativo fue simple, los investigadores siguieron a la madre de Amitrano, desde San Luis a Paraná. Allí fue detenido y luego traído a Mendoza, donde la fiscal especial Claudia Ríos imputó a Amitrano por el homicidio de su pequeña hija.
Un caso de violencia infantil
Según consta en el expediente, todos los médicos que asistieron a la bebé concluyeron que la muerte de la niña se debió a "un golpe traumático no accidental".
Durante su última semana de vida, Belén estuvo internada en gravísimo estado en el hospital Notti. Ingresó el 23 de noviembre de 1999 a las 21 y casi de inmediato fue operada por un cuadro agudo de abdomen. A las 14 de ese día sus padres la habían llevado al Policlínico de Cuyo, donde les sugirieron que la trasladaran de inmediato al Hospital de Niños, al que ingresó siete horas después.
Cuando llegó al hospital Notti su cuerpo estaba cubierto de talco. Presentaba heridas gravísimas, desde fracturas -de distinta data- en varios huesos hasta hemorragias. Lo más grave era la perforación de vísceras huecas, que desencadenó en un cuadro de sepsis que finalmente terminó con su vida el 30 de noviembre. Tres días antes había cumplido su primer año de vida.
Comentá la nota