“No juegen con nuestras vidas”, el reclamo a IOMA de un médico desde el otro lado del mostrador

Tras una vida ejerciendo la medicina, un diagnóstico de cáncer puso a Pedro Quieto frente al drama del atraso en la entrega de medicación.

Con 60 años y más de la mitad de ellos como médico, Pedro Quieto, el jefe de Nefrología del Hospital Rossi, se enteró el año pasado que sufría un mieloma, un tipo de cáncer de la sangre que atribuye a la sobrecarga de trabajo y al estrés que la pandemia lo llevó a enfrentar. Afiliado al IOMA, una obra social que siempre consideró la mejor para la cobertura de enfermedades como la que le toca enfrentar, de pronto se vio sufriendo como paciente “caprichos” y “arbitrariedades” que demoran la entrega de su medicación poniendo en serio riesgo su salud.

En medio de la angustia y la indignación que hoy le toca vivir “del otro lado del mostrador”, Quieto hizo pública días atrás una carta abierta para compartir las dificultades que enfrenta para recibir su tratamiento y reclamarle a la obra social de la Provincia que funcione como un verdadero sistema solidario de salud.

“Por ser médico he podido destrabar situaciones que son imposibles para un afiliado común”

Pedro Quieto

Médico nefrólogo y afiliado a IOMA

“Durante mi enfermedad he sufrido en estos meses caprichos de auditores internos con el plan Meppes, un plan excelente que permite autorizar la medicacion para enfermedades crónicas cada tres meses. Pero resulta que en Hematología hay una auditora que arbitrariamente autoriza cada dos meses, lo que atrasa los tratamientos oncológicos obligando a que los afiliados tengamos que firmarles pagarés a las instituciones que nos brindan la medicación”, relata el nefrólogo al explicar lo que hoy le toca vivir.

“Los auditores deben cuidar el patrimonio de nuestro sistema solidario de salud, no dificultar los tratamientos”, agrega Quieto, quien se desempeña como auditor en Servicios Sociales del Poder Judicial y ha tenido que reclamar él mismo, hasta con un recurso de amparo, la entrega de tratamientos para afiliados y pacientes con diversas enfermedades crónicas.

“Tengo la suerte de ser médico un reconocido con dos especialidades, de haber escrito varios papers y un libro, lo que me ha permitido destrabar situaciones que resultan prácticamente imposibles para un afiliado común”, reconoce Quieto, para quien el IOMA debe cambiar.

La obra social de la Provincia “ha sido y es por derecho y estatuto patrimonio de los trabajadores de la Provincia. Pero ha sido también la caja de efectivo para la economía de todos los gobiernos bonaerenses, sea quien fuere quien gobierne. Siempre hemos escuchado que lograron ahorrar dinero del IOMA para diferentes objetivos políticos, cuando no corresponde ya que su propósito es funcionar como un sistema solidario de salud”.

“El IOMA es el mejor sistema solidario de salud del país para enfermedades crónicas. Siempre se lo digo a mis pacientes y muchos colegas piensan igual. Por eso es que le pido a sus autoridades, más allá de ser de izquierda, centro o derecha, que pongan auditores idóneos y no se manejen con poder ilimitado”, afirma el médico

“Si antes peleaba por mi pacientes contra auditorias injustas y arbitrarias -dice- ahora que he vivido y vivo lo que viven mis pacientes no voy a descansar hasta mejorar esta situación”.

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