El abogado Franco Bindi sigue sin ser hallado por la Justicia, que le endilga el delito de organizar la logística que facilitó la fuga de Mariano Gonzalo para llevarse a su hija fuera del país. En ese escenario procesal, su búsqueda ha pasado a ser prioritaria en las esferas de Interpol, pesando sobre él una captura internacional
El abogado porteño, de fuertes lazos con esferas gubernamentales nacionales, se profugó desde conocido el pedido de detención extendido por el fiscal Damián Borean y ratificado por el juez de Garantías José Alberto Moragas, sin conocerse hasta la fecha dato alguno sobre su paradero. El último aporte reciente incorporado al grueso expediente de la megacausa alude a la entrevista con los padres del buscado en Capital Federal, quienes apenas respondieron a la requisitoria indicando que su hijo “se había ido de viaje”. En paralelo, se supo, sus representantes legales presentaron distintas eximiciones de prisión que corrieron con magra suerte en el fuero penal local, a la espera de la apelación que recayó en camaristas de Bahía Blanca ante el período de feria en que se encuentra la Cámara de Apelaciones de Azul.
Cabe consignar que Bindi está siendo buscado por el mismo delito que quedó detenido Mariano Rimini Carol, sindicados como autores materiales de la logística que permitió la fuga y falsificación de documentación que facilitó que Mariano Gonzalo lograra escaparse junto a su pequeña hija.
Hasta ayer no trascendieron mayores precisiones sobre las tareas desplegadas en torno a la búsqueda, más allá de la citada entrevista con los progenitores del buscado. Empero, se dejó conocer que el trabajo investigativo continúa en pos de hallarlo y así cerrar un capítulo más que importante que hace al resonante caso Gonzalo, quien también permanece detenido en Brasil bajo el mismo delito y afrontando el pedido de extradición, oportunamente planteado desde la Justicia argentina.
Tal se vino detallando en ediciones pasadas, una vez avalado el pedido de detención, las principales diligencias que desembocaron en la aprehensión de uno de los acusados se realizaron en la Capital Federal, donde se concretaron un par de allanamientos en los que intervinieron comisiones policiales tandilenses junto a personal de la Procuración e interjurisdiccional, además de efectivos de la policía judicial que acompañaron al fiscal Borean en la instrucción penal.
Uno de los operativos fue en un coqueto piso de la calle Olleros, en proximidad de la embajada de Alemania, lugar en el cual residiría la familia del letrado Franco Bindi.
Tal diligencia estuvo a cargo de un grupo operativo de la DDI Tandil al mando del subcomisario Fabián Suárez y de personal de la Procuración del Poder Judicial Bonaerense. No fue ubicado el mencionado abogado.
La segunda medida judicial simultánea fue en un departamento de calles Charcas, lugar en el que actuó personal de la Departamental Tandil y de la Seccional Segunda, al mando del subcomisario Hernán Passo, junto a integrantes de la Policía Federal.
Allí fue detenido Mariano Rimini Carol, quien al momento del procedimiento habría estado durmiendo y no ofreció ninguna resistencia.
Rimini Carol fue trasladado inicialmente a Tandil y tras negarse a declarar en la audiencia del 308, fue derivado a la comisaría Primera de Azul, dado que los calabozos de todas las dependencias policiales locales están clausurados.
La camioneta
Por otro lado, dentro de la pesquisa, también trascendió que aún no fue hallada la camioneta, propiedad de Leoncio Gonzalo, que fue utilizada por el acusado para fugarse con la nieta en el primero de los hechos tipificados en la causa.
Llamativamente, el vehículo nunca fue encontrado, a pesar de que el propio Leoncio está sometido al proceso como imputado y, de hecho, acude mensualmente a la dependencia judicial para ponerse a derecho y gozando de libertad frente a la edad que tiene y porque no hay riesgo de fuga.
Sobre la pick up se describió que tiene pedido de captura y se trata de una Ford S 10 monocabina, color gris, dominio EMO 122.
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