Intenterán dilucidar quién mató al juez Agustín Aráoz

Intenterán dilucidar quién mató al juez Agustín Aráoz

Desde hoy la Sala Iª de la Cámara Penal intentará esclarescer los motivos y los responsables del asesinato del ex juez de Menores de Tucumán. Cinco ex policías se encuentran imputados en la causa.

La Sala Iª de la Cámara Penal del Centro Judicial de la Capital intentará dilucidar las circunstancias en que hace más de seis años fue asesinado el juez de Menores de Tucumán Héctor Agustín Aráoz y si existió, en por ese hecho encubrimiento.

A partir de hoy a las 9 habrá en el banquillo cinco imputados, todos con pasado dentro de las filas de la Policía de Tucumán.

Los ex agentes policiales Ema Hortensia Gómez, quien era novia de la víctima y principal imputada, junto a Darío Alejandro Pérez deberán responder por el homicidio agravado del magistrado, mientras que, los también ex policías, Rodolfo Domínguez, Andrés Faversani y Rubén Albornoz, deberán responder por los delitos de violación de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado.

Los vocales Pedro Roldán Vázquez (presidente del Tribunal), Carlos Norry y Emilio Páez de la Torre -asistidos por el secretario Carlos Lix Klett- tendrán la compleja tarea de valorar las evidencias, testimonios y pericias efectuadas durante más de 72 meses contados a partir del crimen. Desde la Sala no descartaron que se realicen audiencias en horarios matutino y vespertino, para no demorar el debate y resolver la situación judicial de cada uno de los imputados.

El Ministerio Público había designado al fiscal de Cámara Edmundo Botto para sostener las acusaciones. Pero el retiro de éste motivó el reemplazo por su par Juana Prieto de Sólimo, quien estará acompañada en la acusación particular por Dante Ibáñez. El rol de actor civil será ejercido por Benjamín Frías Alurralde.

Los acusados por el homicidio serán defendidos por Mario Alejandro Mirra (por Gómez) y Gustavo Morales (Pérez). Este último también representará a homicidio y a Faversani por el supuesto encubrimiento. Domínguez será asistido por Cergio Morfil y Alvaro Zelarayán, mientras que Albornoz contará con el patrocinio de Nilda González de Escobedo.

De acuerdo a la investigación judicial, llevada adelante por el fiscal de Instrucción Penal de la Xª Nominación del Centro Judicial de la Capital, Guillermo Segundo Herrera, el 26 de noviembre de 2004 Gómez recibió un escueto mensaje en su celular: “Tu novio está muerto”.

Según lo que se desprende del expediente, Gómez habría intentado varias veces comunicarse con Aráoz pero fue en vano, por lo que se dirigió a la Comisaría de Banda del Río Salí, donde Faversani prestaba servicios como oficial.

Este le comunicó a Domínguez la presencia de la mujer y la intrigante información que manejaba. El ex comisario principal decidió ir al domicilio del juez en El Corte, Yerba Buena, junto con Gómez, su subalterno y Albornoz, quien estaba como auxiliar de turno en la dependencia bandeña.

Al llegar al lugar, un perro de raza dogo se interpuso entre los efectivos, pero la mujer lo contuvo e ingresó (fue la única en hacerlo) a la vivienda. Pocos minutos después salió descalza, con manchas de sangre en su ropa y, a los gritos, dijo que Aráoz había sido asesinado.

Siempre de acuerdo a fuentes judiciales, Domínguez la aprehendió y, tras comunicar la noticia a sus superiores, dispuso que los oficiales realizaran indagaciones entre los vecinos. Pero después de llegar, el fiscal ordenó que además de la sospechosa, los policías sean arrestados y se secuestren sus armas.

El cadáver presentaba al menos una decena de impactos de bala. La pistola con la que se cometió el crimen nunca fue encontrada.

Al chequear el celular de Gómez, se descubrió que había llamado a Darío Pérez en varias ocasiones. Este declaró dos veces ante el fiscal y en la segunda, que fue como imputado, quedó detenido.

Para Herrera, el motivo del crimen fue de índole pasional. Aparentemente Aráoz, su novia y el oficial formaban un triángulo amoroso. Pérez negó tener una relación sentimental con su compañera en las filas de la fuerza, mientras que ella nunca habló sobre el tema, ni en sede judicial ni ante la prensa.

Por su parte, los familiares del magistrado alegan que éste había sido ultimado porque investigaba una “mafia policial”, teoría cuyo mayor fundamento residiría en que la víctima recibió disparos presuntamente de una pistola de la repartición

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