ABSA es un hervidero. La empresa acumula quejas de los usuarios por falta de inversión, pérdidas de agua en numerosas calles del casco urbano y poca presión de agua en amplias zonas de la periferia. En Los Hornos hay baja presión, en Hernández no hay cloacas, en la zona de 6 y 45 sale un hilo de agua de las canillas desde hace más de quince días.
Recientemente, el Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires (OCABA) trasladó numerosas quejas de los usuarios al ministerio de Infraestructura bonaerense, que dio lugar a los pedidos e intimó a la empresa a resolverlos de inmediato.
ABSA, por su parte, aduce falta de rentabilidad y poco capital para obras de inversión que mejoren sensiblemente el pobre servicio que, hoy en día, entregan a los usuarios de la ciudad de La Plata.
Pero los gastos que realiza la empresa marcan una realidad muy diferente.
Si bien mantiene las oficinas comerciales de las calles 56 entre 5 y 6 y en la esquina de 5 y 49, ABSA mudó las oficinas administrativas que estaban en una cómoda casa sobre la calle 54 entre 2 y 3, a un lujoso edificio ubicado en 7 y 43.
El edificio es a estrenar y Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima se quedó con los seis pisos del mismo, a un costo superior a los 4 mil dólares por piso. Eso suma, impuestos incluidos, más de 450 mil pesos mensuales en el alquiler de las oficinas nuevas.
Es un edificio a estrenar, con cocheras privadas, palieres privados en todos los pisos, pisos técnicos, sistema contraincendios, descargas atmosféricas y lujosos muebles. El directorio de la empresa intentó mantener la mudanza en las sombras, exigiendo la discreción de sus empleados y evitando colocar carteles alusivos a la empresa en el edificio.
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