Inflación: las alimenticias, entre las que más aumentaron el primer semestre

Inflación: las alimenticias, entre las que más aumentaron el primer semestre

Según los datos del Indice de Precios al Consumidor, el rubro de Alimentos y Bebidas cerró el primer semestre del 2020 al tope del ranking de inflación entre los sectores que más subieron precios.

 

 

El sector de Alimentos y Bebidas fue el que más aumentó precios en el primer semestre.

Así lo revelan los datos del Indice de Precios del Consumidor, sobre las subas de la primera parte del 2020

Las cifras sitúan a las empresas alimenticias entre las que más subieron precios de toda la cadena productiva.

Ello, a pesar que rige congelamiento de tarifas, y que atravesamos una crisis económica sin precedentes.

Pero, además, las alimenticias, se niegan a negociar subas salariales para sus trabajadores.

 

Desaceleración de la inflación

 

Según un informe del Departamento de Estudios Económicos y Costos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), se evidencia una desaceleración tanto de los costos del transporte como de la inflación minorista en lo que va del año, en comparación a 2019 y 2018.

Sin embargo, en lo que va del año el precio del combustible no aumentó (bajó un 0,7%).

Los precios de los alimentos no encuentran techo

 

Por tanto, la inflación minorista no puede tener una diferencia muy grande con la evolución de los costos del transporte.

Esto teniendo en cuenta que el combustible internacional se mantiene en los niveles actuales en torno a los 40 o 42 dólares el barril.

A pesar de esta baja considerable, Alimentos y Bebidas, cuyos precios dependen del transporte, siguió aumentando precios.

Así lo registró el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

 

Alimentos y Bebidas, al tope de la inflación

 

El organismo identificó a Alimentos y bebidas con un 16% entre los primeros del ranking de inflación.

Fue seguido por restaurantes y hoteles (13%), y prendas de vestir y calzado (18%).

Ambos indicadores, precios y costos, mantendrían, sin embargo, una tendencia a la desaceleración.

Esto, si no se producen cambios significativos en la política cambiaria en el corto plazo.

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