El fuego se desató el sábado en un cerro y el viento lo propagó a otras áreas. Investigan qué causó el siniestro. Hay 2.000 casas destruidas. Bachelet fue al lugar: “Es el peor incendio de la historia”, dijo.
La presidenta Michelle Bachelet llegó por la mañana a la zona, ubicada a unos 140 kilómetros al noroeste de Santiago, donde encabezó un comité de emergencia y habló con algunos de los 10.000 evacuados. Al igual que hace dos semanas con el sismo que golpeó el norte del país y dejó seis muertos, Bachelet declaró la región como “zona de catastrofe”, por lo que se reforzó el control militar del área para evitar saqueos y robos. Mas de 300 hectáreas habían sido hasta ayer arrasadas por el fuego.
Anoche, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, confirmó la cifra de víctimas y viviendas destruidas e informó que la mandataria decidió cancelar las visitas de Estado planeadas a Argentina y Uruguay para mañana y pasado.
“Es una tremenda tragedia, tal vez el peor incendio en la historia de Valparaíso”, dijo la mandataria recordando el desastre provocado por las llamas en una ciudad de 270.000 habitantes que ya ha sido algunos veces devorada por incendios. La excepcionalidad de la tragedia fue remarcada poco después por el propio alcalde de la ciudad, Jorge Castro: “ No hay registros de incendios de esta naturaleza en la ciudad ni en el país, tenemos afectados más de 12 barrios que son más de 300 hectáreas”, aseguró.
En la madrugada de ayer, una lluvia de cenizas caía sobre la ciudad y aumentaban los niños y ancianos con problemas respiratorios. El dantesco espectáculo se incrementaba anoche con los constantes cortes de energía eléctrica que dejaron a oscuras la ciudad, alumbrada por gigantescas lenguas de fuego que se levantan en los cerros. Ayer, la policía informó que los muertos sumaban 16, pero luego corrigió la cifra a doce afirmando que una familia había denunciado dos veces su número de víctimas.
Valparaíso es una bahía rodeada de cerros en los que habita la mayor parte de la población. Desde el océano Pacífico se ve como un gran anfiteatro natural, que acoge al segundo puerto más importante de Chile. El fuego se declaró en la noche del sábado en una zona forestal conocida como camino La Pólvora y destruyó inicialmente “15 hectáreas de pastizal, matorral y eucalipto”, informó la Oficina Nacional de Emergencia. Al parecer sería por las altas temperaturas, aunque se investigaba si ésa fue la causa o si el siniestro fue provocado. Con las horas, se tornó incontrolable debido a fuertes vientos de hasta 50 kilómetros por hora. El fuego se propagó a la zona alta de la ciudad alcanzando a tres cerros de los más de 40 que la conforman y donde viven miles de personas en casas de madera y lata. El siniestro era anoche combatido por bomberos, policías y personal de la Corporación Forestal, mientras infantes de marina patrullaban la ciudad para mantener el orden y evitar robos. Algunos bomberos habían perdido sus viviendas a causa de las llamas.
“Creo que la gente de Valparaíso tiene coraje, fuerza y no están solos”, dijo la presidenta Bachelet, quien desde que asumió su segunda presidencia el 11 de marzo ya debió dirigir las tareas de rescate en dos tragedias, la última hace dos semanas con un devastador terremoto en el norte del país.
Ayer a la tarde, grupos de afectados iniciaron el retorno a sus viviendas, ahora completamente destruidas por el fuego. Desde los escombros rescataban las pocas pertenencias que se habían salvado de las llamas. “Es espantoso, está todo quemado”, dijo Francisca Granados a AP. “Perdí todo, quedé con lo puesto, no salvamos nada, nada, mil veces hubiera preferido un terremoto porque uno salva las cosas”, expresó una de las damnificadas, Erica González, al volver al cerro a ver su vivienda convertida en cenizas.
El Ministerio de Salud anunció la vacunación contra la influenza y la meningitis por prevención. La presidenta del Senado, Isabel Allende, descartó abrir el Congreso para que sea utilizado como albergue, pero anticipó que solicitará a los legisladores que se cree un fondo de ayuda económica.
“Esta es la peor catástrofe que he visto”, comentó el gobernador regional Ricardo Bravo. Anoche, los albergues habilitados no alcanzan para contener a los evacuados y se había pedido a los damnificados que se trasladen a otros lugares de acogida o a casas de familiares.
En la cárcel de Valparaíso, nueve presas embarazadas fueron trasladadas a un penal en la cercana Quillota. Simultáneamente, una ola de solidaridad se fue difundiendo a lo largo de todo el país y en las iglesias, la Cruz Roja y escuelas empezó a recolectarse la ayuda para los porteños afectados. Los legisladores habían comenzado a acudir en ayuda de los habitantes de la ciudad.
Comentá la nota