Imputan por corrupción y abuso de menores a la maestra del jardín de infantes del Gianelli

Imputan por corrupción y abuso de menores a la maestra del jardín de infantes del Gianelli

El fiscal Fernando Castro llamó a declarar el próximo jueves a la docente Analía Schwart * La acusa de nueve casos de abuso sexual y seis hechos de corrupción de menores en el que estuvieron involucrados más de 50 de sus alumnos * Estos delitos prevén penas de 10 a 50 años de prisión * La acusación está basada en el resultado de las cámaras gesell que se realizaron durante más de cuatro meses.

Cuando la cámara se encendió, la nena le empezó a contar a una psicóloga cómo su maestra la ponía en una ronda con sus compañeros, le bajada los pantalones y la abusaba dentro de la sala de música del jardín de infantes del colegio católico San Antonio Gianelli.

El testimonio fue el más contundente que escuchó el fiscal Fernando Castro durante las más de cincuenta cámaras gesell que se le hicieron a las supuestas víctimas. Después de analizar todos esos relatos, ayer tomó una decisión: imputó a la maestra Analía Schwart por el delito de corrupción y abuso de menores agravado, que prevé una pena de 10 a 50 años de prisión. El jueves a las 8.30, la docente deberá presentarse en Tribunales para declarar. Lo hará en libertad: la jueza de Garantías Lucrecia Bustos ayer denegó el pedido de detención al considerar que no había riesgos de que la acusada se fugue.

Castro imputa a la maestra por seis hechos de corrupción de menores -involucran a cincuenta chicos que fueron tocados o vieron cómo tocaban a sus compañeros- y nueve de abuso sexual del que fueron víctimas cinco nenes y cuatro nenas de entre 4 y 5 años. Según la reconstrucción del fiscal, dos de los casos ocurrieron entre marzo y diciembre de 2012 en el jardín de infantes "Maminas" del Instituto Alejandro Fleming y el resto entre marzo y setiembre de 2013 en el jardín del colegio Gianelli.

Castro basó su acusación en el resultado de las cámaras gesell que se realizaron durante más de cuatro meses. En un cuarto, una psicóloga charló de a uno con los nenes y nenas. Esa conversación era gravada con una cámara oculta mientras el fiscal, la jueza de Garantías y la defensa de la acusada escuchaban el testimonio. Los alumnos del colegio Gianelli contaron que la maestra los hacía poner en ronda, les pedía que se bajaran los pantalones y ahí los tocaba. "Los amenazaba con que podía pasarles algo malo si contaban lo que les hacía. Les decía que tenían que guardar el secreto porque si no Dios los iba a castigar", explicó el fiscal. Y, enseguida, agregó: "Algunos chicos llegaron a contar que ellos no se querían bajar los pantalones pero veían cómo lo hacían otros compañeros".

Los testimonios en los que el fiscal basó la imputación de la docentes fueron extraídos con ese método. Salvo uno: un nene al que le costaba hablar. Su psicóloga y sus compañeros fueron clave para identificarlo como una supuesta víctima.

La mayoría de los casos según Castro ocurrieron en la sala de música del colegio Gianelli. Cuando se conoció el caso, una hipótesis sostenía que era imposible que los abusos sucedieran en ese lugar porque el salón está en la planta baja de la escuela católica y tiene amplios ventanales por los que se puede ver desde afuera lo que ocurre en el interior. Cuando los investigadores recorrieron el colegio después de las denuncias comprobaron que los vidrios eran transparentes y certificaron que se podía ver lo que pasaba adentro. Hasta que avanzada la causa surgió un dato clave: esos vidrios habían sido colocados después de que los padres indignados destrozaron la sala de música. Una foto demostró que los anteriores tenían una especie de "contac" que no dejaba ver el interior del salón. También los peritos pusieron conos de la altura promedio de los chicos y comprobaron que si estaban cerca de las ventanas no podía verse su silueta.

En cambio, los dos casos por los que se acusó a Schwart en el jardín de infantes del Instituto Alejandro Fleming ocurrieron según la imputación en un salón de usos múltiples. El testimonio de dos nenes aseguró que la maestra les hacía bajar los pantalones y los tocaba.

La maestra dejó de trabajar en ese jardín a fines de 2012.

El origen del caso

Castro comenzó a investigar el caso el sábado 7 de setiembre de 2013 cuando se enteró de que en la Comisaría de la Mujer se habían presentado 24 denuncias de abusos en el colegio Gianelli. Los chicos les habían contado a sus padres que en el jardín de infantes les hacían un juego en un ronda donde después de un rato la "señorita" les pedía que se bajaran los pantalones para tocarlos. Los supuestos abusos se habían descubierto unos días antes cuando un nene se bajó los pantalones en un cumpleaños y se empezó a tocar. "Los padres lo vieron y lo retaron. Pero cuando le preguntaron qué hacía, el nene respondió que lo mismo que con la profesora de música", detalló el fiscal en ese momento. Y agregó: "Extrañado, el padre habló con otro padre y ahí empezó la cadena. Entonces se empiezan a llamar y a preguntarles a sus hijos si se bajaban los pantalones con la maestra de música. Aparentemente los chicos responden que sí y ahí surge todo".

Al trascender el caso se sumaron más denuncias en cadena y apareció la ira de los padres: indignados con la maestra provocaron graves incidentes en el colegio. (ver aparte)

Tres días después de presentadas las denuncias, la docente fue suspendida de su cargo. "La decisión que se adoptó fue para llevar tranquilidad a la comunidad educativa", explicó en ese momento el asesor legal de la institución, Javier Viadas.

La imputación

Con el avance de la investigación, Castro comenzó a coordinar un equipo de trabajo en el que intervinieron distintas dependencias: el cuerpo de instrucción del Ministerio Público Fiscal, la sección de abusos sexuales de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI), la asesoría de menores, el cuerpo de ayuda a la víctima, la Policía Judicial de La Plata y especialistas que llegaron desde esa ciudad para realizarle la cámara gesell a los chicos. Un dato: las desgrabaciones de esos testimonios se hicieron en esa ciudad.

Después de escuchar las declaraciones, el fiscal decidió avanzar en la imputación de la maestra jardinera. Cree que tiene pruebas para demostrar que los hechos se produjeron en cinco salas del colegio Gianelli y en una del Fleming. Por eso, el miércoles de la semana pasada, le pidió a la jueza de Garantías, Lucrecia Bustos, la detención de la docente. Pero ayer le fue denegada: la magistrada consideró que no había riesgos procesales que puedan hacer prever la fuga de Schwart. Ante esto, Castro llamó a la docente para que el jueves declare como imputada del delito de corrupción y abuso de menores, agravada por ser maestra y tener a su cargo a chicos. Después de escucharla, decidirá si pide la elevación a juicio. Podrían condenarla hasta a 50 años de prisión.

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