Después de más de cinco meses del episodio que le costara la vida al joven Matías Cuello, se llevó a cabo la reconstrucción del hecho ocurrido en la madrugada del domingo 15 de abril, cuando su pareja de entonces, en una pelea, le arrojó agua hirviendo de una pava eléctrica afectando su rostro, tórax y brazos.
La reconstrucción se llevó a cabo en la vivienda que Cuello y su pareja Florencia Trías, hoy acusada del crimen, alquilaban en Almonacid 75, casi esquina Oliden, de Manuel Alberti.
Hasta allí fueron llegando, el jueves último, el fiscal de la causa Marcos Petersen Victorica, otros integrantes del Poder Judicial y el mismo representante legal de la acusada, además de autoridades policiales con efectivos a cargo para brindar seguridad en el operativo.
Todo comenzó cerca de las 19 con la calle cortada frente a la vivienda y efectivos diseminados por todo el radio del perímetro protegido.
En primera instancia el fiscal realizó un relevamiento del lugar. Se trata de una habitación de material de unos 12 metros cuadrados, techo de chapa de zinc y paredes aún pintadas de color blanco, como la noche del incidente.
Cuando todo estaba preparado, efectivos policiales fueron en busca Florencia Soledad Trías, de 20 años de edad, acusada del homicidio de Cuello, de 24.
La joven goza de prisión domiciliaria y fijó domicilio en la casa de su madre, distante apenas a unos 60 metros -esquina de por medio- de la casa en donde vivía con Cuello. Entre los vecinos se buscaron dos testigos y otro joven para “ocupar” el lugar de Matías.
Mientras tanto Trías llegó vestida con un jean azul, una remera negra y zapatillas deportivas blancas. Permaneció de pie en el medio de la calle, mirando fijamente hacia la pequeña habitación, con los brazos caídos y agarrándose las manos por delante.
En esa posición estuvo por más de 15 minutos, rodeada de policías, mientras el fiscal, su equipo, los letrados, testigos y demás, se encontraban ya en el interior de la pequeña habitación.
Minutos después recibió la orden de ingresar a la propiedad. Fueron exactamente 10 minutos los que Trías permaneció en el interior de la casa. Ahí habría contestado algunas preguntas concretas del fiscal actuante e interactuó con el “doble” de su pareja fallecida.
Según trascendió minutos después, la acusada habría entrado en algunas contradicciones en sus dichos comparándolos con lo que había manifestado apenas sucedió el hecho. Especialmente sobre la posición de ella y la de Cuello, recostado en la cama.
Tampoco habría coincidencia en cuanto al ímpetu con que arrojó la pava eléctrica y dónde la colocó después que su pareja resultó quemada.
Finalizado su testimonio sobre el momento de la pelea, Trías fue acompañada por varios efectivos hasta su lugar de detención, en la casa de su madre.
Comentá la nota