El Gobierno busca garantizar la elección de rector en la UBA

El Gobierno busca garantizar la elección de rector en la UBA
Será este jueves y todavía no se sabe dónde se reunirá la Asamblea Universitaria. Quieren evitar un eventual boicot de la izquierda. Ayer, Capitanich recibió a Barbieri, el favorito para ganar el puesto.
Tensa calma. Dos palabras que juntas ya suenan a lugar común, pero que sirven para describir la cuenta regresiva que vivirá desde hoy la Universidad de Buenos Aires. Tensa, porque a 72 horas de la elección de rector todavía no se sabe dónde será la votación. El motivo del secreto es la eventualidad de un intento de boicot por parte de los sectores estudiantiles más radicalizados. Y calma, porque desde las oficinas del rector saliente, Rubén Hallú, consideran que por estas horas impera “un clima de tranquilidad en las 13 facultades de la universidad”. La pregunta es cuál de las dos palabras –adjetivo o sustantivo– se impondrá el jueves, cuando la Asamblea Universitaria elija al nuevo titular de esta casa de estudios.

Los competidores son Alberto Barbieri, actual vicerrector de la UBA y garantía de continuidad de la actual gestión, y Federico Schuster, ex decano de Ciencias Sociales con apoyo de una minoría de facultades manejadas por kirchneristas. En calidad de su actual cargo, y no de candidato, Barbieri se reunió ayer con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para hablar sobre cuestiones vinculadas a la universidad y, también, sobre la votación de este jueves.

“El Gobierno se comprometió a ayudar a la UBA en lo que será este proceso electoral. Su deseo es que todo se desarrolle con la mayor normalidad posible”, dijo ayer a Clarín una alta fuente del Rectorado. Sin embargo, negó que Capitanich haya ofrecido el Congreso Nacional como sede para la votación. Julián Asiner, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), dijo que “el Gobierno salió a sostener la elección. Garantizó la Policía y las instalaciones del Congreso”.

El lugar en el que sesionará la Asamblea Universitaria –el órgano de 236 representantes que elegirá al nuevo rector– recién se conocerá mañana. “La violencia de un grupo minoritario de estudiantes es lo que obliga a estos procedimientos. Hallú difundirá el lugar de votación sólo 48 horas antes de la elección, como lo indica el reglamento”, explicaron a este diario desde las oficinas de Viamonte al 400.

En su twitter, Capitanich se refirió a la reunión con Barbieri. Se limitó a contar: “Con el vicerrector de la UBA, Alberto Barbieri, conversamos de proyectos futuros que tiene en agenda la Universidad. Además de las próximas elecciones en la Universidad, y de garantizar las condiciones para el buen desenvolvimiento de las mismas”.

¿Por qué no fue Hallú en lugar de Barbieri? Estaba de viaje, dicen en la UBA. ¿Cómo se explica que Capitanich se junte con el candidato no kirchnerista? “Que Barbieri no sea kirchnerista no significa que sea opositor. Y que Schuster sea kirchnerista no significa que se el candidato del Gobierno”, respondió un observador político de la inminente elección.

El objetivo de la UBA, en definitiva, es no repetir tristes experiencias pasadas. La de 2006, cuando durante 8 meses no se pudo elegir rector por las protestas estudiantiles. Y la de 2009, cuando en la reelección de Hallú también hubo graves incidentes. Ambas elecciones fueron en el Congreso.

La FUBA, con doble presidencia del Partido Obrero y otra agrupación de izquierda, La Mella, asegura que la elección es ilegítima. “Cuestionamos una asamblea en la que no vota nadie, sino sólo el 10% del claustro de profesores”, dijo Asiner. Anunció que desde hoy instalarán mesas en las principales esquinas de la Ciudad para juntar firmas contra la elección del jueves, “en apoyo a una asamblea democrática”. Y para el miércoles organizaron un festival con bandas y teatro, más una vigilia frente a la sede de votación, hasta el jueves.

¿Intentarán boicotear la elección esta vez? “Hay una bronca muy fuerte por abajo y no descartamos algún tipo de intento de boicot. Nosotros no queremos inmolarnos contra una valla, pero muchos grupos harán la suya”, respondió.

En base a los sondeos previos, Barbieri tiene asegurados los votos para quedarse con el cargo que le permitirá dirigir la mayor universidad del país –300 mil alumnos– los próximos cuatro años. Pero a esta altura su principal rival no es Schuster, sino un movimiento estudiantil que en su afán de cambiar las reglas del juego puede volverse impredecible.

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