La dinastía comunista. Es porque Pyongyang lanzó un cohete para poner en órbita un satélite. Pero la comunidad internacional sospecha que fue un ensayo misilístico. EE.UU. negocia un sistema de defensa en Seúl y levanta la protesta china.
Tras una reunión convocada de urgencia, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó enérgicamente ayer el lanzamiento de un cohete de largo alcance por parte Corea del Norte realizado horas antes y anunció que aprobará sanciones “en respuesta a esta peligrosa y nueva provocación”. Pyongyang había anunciado en la noche del sábado (hora argentina) la puesta en órbita de un satélite mediante un cohete, un lanzamiento que levantó el repudio de la comunidad internacional que cree que, en verdad, se trata en realidad de un test de misil balístico intercontinental. Pocas horas después del anuncio, Corea del Sur y Estados Unidos informaron del inicio de negociaciones para desplegar en territorio surcoreano el sistema antimisiles estadounidense THAAD, uno de los más modernos del mundo, levantando las suspicacias de China.
Se trata de la segunda ocasión en que Corea del Norte consigue lanzar un cohete de larga distancia, tras la prueba del cohete Unha–3 en abril de 2012. El éxito del lanzamiento le acerca un poco más a su meta de contar con misiles de larga distancia que le permitan alcanzar territorio de Estados Unidos, al que considera su gran enemigo. El lanzamiento ocurre apenas un mes después de que Pyonyang llevase a cabo su cuarto ensayo nuclear el 6 de enero, en el que aseguró que había detonado por primera vez una bomba de hidrógeno. Esa declaración ha sido puesta en entredicho por numerosos expertos, que consideran que la fuerza de la explosión no se corresponde con la de una bomba termonuclear.
En Nueva York, la declaración del Consejo de Seguridad fue aprobada en una sesión de emergencia por sus 15 miembros, incluido China, el principal aliado de Pyongyang. “Los miembros del Consejo de Seguridad adoptarán rápidamente una nueva resolución imponiendo medidas significativas en respuesta a estas peligrosas y graves violaciones” de resoluciones de la ONU, indica la declaración. El lanzamiento ignora las resoluciones de la ONU y las advertencias previas de las grandes potencias.
El cohete despegó desde la base de Dongchang-ri, en el noroeste del país, hacia las 9 hora local (doce horas de diferencia con Argentina). El lanzamiento fue ordenado personalmente por el líder Kim Jong–un y “puso en órbita con éxito nuestro satélite de observación terrestre Kwangmyong 4”, informó la televisión gubernamental.
La puesta en órbita del satélite no pudo ser confirmada pero una fuente estadounidense de defensa dijo que al parecer “hubo algo que llegó al espacio”. Norcorea insiste en que el lanzamiento es parte de un programa espacial exclusivamente científico pero muchos países lo consideran un ensayo camuflado para dotar al régimen de misiles intercontinentales capaces de transportar bombas atómicas a cualquier lugar del planeta.
En Beijing, la portavoz de la Cancillería, Hua Chunying, manifestó su “pesar por la insistencia de la República Democrática Popular de Corea de realizar un lanzamiento de misiles pese a la oposición internacional”. Pero Beijing, al mismo tiempo, aseguró estar “profundamente preocupado” por la decisión de Washington y Seúl de comenzar las negociaciones para la instalación del escudo antimisiles THAAD. “A la hora de proteger su propia seguridad, un país no debería perjudicar a los intereses de seguridad de otros”, dijo la portavoz de Beijing. Según la visión china, la eventual instalación escalará las tensiones en la península coreana, lo que perjudicará a la paz regional y a la estabilidad, y supondrá una marcha atrás en la actual situación. “Pedimos a los países involucrados que sean prudentes a la hora de gestionar estos asuntos”, señaló la portavoz, que añadió que China “mantiene una postura clara y consistente en cuando al escudo antimisiles”. El ensayo norcoreano tiene una intencionalidad claramente dirigida al exterior, pero los expertos no descartan que busque robustecer el liderazgo interno de Kim Jong–un, que llegó al poder en 2011 y aún tiene resistencias internas.
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