Patricia Zambrano, una de las integrantes de Salteños hasta la médula expresó: “queremos que sea una actividad libre de inclusión y participación, por ello pedimos a quienes concurran que lleven un cartelito con la frase “Yo soy donante” o bien “Yo quiero ser donante”. La idea es visibilizar en la comunidad la necesidad de donantes en la Argentina y que la gente pueda involucrarse en la problemática que afecta a miles de personas en el mundo”.

El 1º de abril se conmemora el Día Nacional del Donante de Médula Ósea en celebración del décimo aniversario de la puesta en funcionamiento del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas creado por la ley 25.392 y que funciona bajo la órbita del Incucai.

Desde la creación del Registro en 2003 la lista de voluntarios se ha ido incrementando año tras año y en la actualidad existe una base de más de 65.000 inscriptos en todo el país, los cuales se integran a la red mundial, que cuenta con cerca de 22 millones de personas de 48 países.

La médula ósea (CPH) es un tejido esponjoso ubicado en el interior de los huesos, no debe ser confundida con la médula espinal que pertenece a los tejidos nerviosos. El conjunto de CPH, es el encargado de producir las células de nuestra sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).

Todos aquellos pacientes que son diagnosticados con enfermedades hematológicas como leucemias, linfomas, mielomas, errores metabólicos o déficit inmunológicos pueden ser tratadas con un trasplante de CPH, conocido popularmente como trasplante de médula ósea.

Las células de la médula ósea, células madre, sólo se pueden donar en vida, y el donante y el receptor tienen que tener un 100 % de identidad genética. Dentro del grupo familiar, los hermanos son los mejores donantes para un paciente que necesita un trasplante de CPH. Sin embargo solo 1 de cada 4 pacientes cuenta con un donante compatible entre sus familiares, de ahí la importancia de que las personas se anoten como potenciales donantes a fin de poder salvar vidas.