La situación de la empresa perteneciente a El Nihuil SA alertó a la comunidad ante la potencial pérdida de más de 20 puestos de trabajo. Hasta el momento no hay confirmación oficial.
En diálogo con medios locales, la responsable de la Secretaría de Trabajo de la Delegación Chilecito, Dalma Caliva, desmintió tener conocimiento formal sobre un cierre. "No tenemos una notificación para decir que se está realizando este cierre porque no es así", afirmó, explicando que cualquier comunicación oficial pasaría primero por sus superiores en la provincia. El periodista Gustavo Cortéz de Radio Municipal Chilecito corroboró que, por ahora, solo se trata de versiones extraoficiales, aunque recordó que durante la pandemia la empresa ya había aplicado suspensiones temporales.
Este temor local se enmarca en una tendencia nacional alarmante. Según datos oficiales, en los primeros 18 meses de la gestión de Javier Milei se registró el cierre de **15.564 pequeñas y medianas empresas**, superando incluso las 15.398 que quebraron durante la crítica etapa pandémica. Esta destrucción del tejido productivo se tradujo en la pérdida de 223.537 empleos registrados.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) detalla que la contracción equivale a una caída del 2.27% en el empleo formal, afectando principalmente a sectores como la administración pública, la construcción, el transporte y la industria manufacturera. En contraste, actividades primarias como la pesca y la agricultura mostraron leves incrementos.
La crisis se agrava por un contexto de altas tasas de interés, inflación en dólares, desplome del consumo y una creciente precarización laboral. La morosidad en los créditos personales alcanzó en junio su nivel más alto desde 2008, reflejando la severa presión sobre las finanzas familiares.
A dos meses de las elecciones legislativas, el gobierno atribuye el opaco desempeño económico al "riesgo Kuka", argumentando que los inversores aguardan a que se despeje el horizonte electoral. Sin embargo, esta narrativa evoca la del macrismo en 2017, cuya victoria electoral no impidió la debacle económica posterior.
La advertencia es clara: el apoyo en las urnas no corrige por sí solo las deficiencias de un modelo que muestra señales de insustentabilidad, con alarmas encendidas en actividad, inversión, empleo e ingresos. La situación en la fábrica de Chilecito es, por ahora, un rumor; pero es también un símbolo de una crisis que ya es nacional.
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