“No existe riesgo ambiental en el acuífero zapalino”, aseguró Coco

El ministro de Energía respondió a las advertencias de ambientalistas sobre una eventual vulnerabilidad de la fuente de agua frente a las extracciones de gas y petróleo no convencional.
Indicó que el acuífero está separado de los depósitos de shale oil-gas por 2.500 metros de sedimentos.

Neuquén > El ministro de Energía, Ambiente y Servicios Públicos, Guillermo Coco aseguró ayer que “no existe vinculación geológica entre los depósitos que contienen al acuífero Zapala y la zona de exploración por shale gas de la formación Los Molles”, y por lo tanto sostuvo que “no hay riesgo ambiental” para ese recurso de agua.

Coco respondió así a advertencias de ambientalistas sobre una eventual contaminación. Aclaró que “existe una vasta experiencia a nivel nacional, que se puede comparar con la mundial, en lo relacionado a perforación de pozos a partir del conocimiento de la situación regional geológica, de manera de obrar convenientemente en resguardo de posibles afectaciones”.

“Los depósitos geológicos que contienen al acuífero Zapala están separados de los depósitos de shale gas por una columna sedimentaria de más de 2.500 metros (3.000 metros de potencia que contiene sellos rocas que actúan como sellos regionales, tales como la Formación Vaca Muerta, entre otras)”, explicó.

Precisó que en el desarrollo no convencional de pozos extractivos de hidrocarburos, durante las operaciones de fractura “sólo se incorporan cambios de volúmenes en algunos insumos”, y que los químicos empleados “se han venido utilizando durante años en el país por la industria petrolera”.

Respecto del volumen de agua promedio a emplearse en los proyectos de shale, el ministro señaló que “representan un porcentaje no mayor al 2 por ciento del volumen utilizado para proyectos de recuperación secundaria”.

“Se cumple con todos los recaudos técnicos de integridad con el objeto de asegurar los requerimientos normativos aplicables a las actividades de perforación y producción en este tipo de tareas, que evitan posible contaminación de acuíferos. Adicionalmente se registran perfiles que permiten corroborar la integridad de la instalación y del cemento”, precisó.

Explicó que “las fracturas que se realizan en los reservorios a 2.500/2.600 metros de profundidad no tienen progreso vertical en más de 300 metros, por lo tanto no alcanzan a niveles más allá de los 2.200 / 2.300 metros de profundidad; no produciendo impacto sobre acuíferos someros o de interés para uso de actividades humanas”. Dijo que estos datos son validados mediante mediciones físicas.

También aclaró que periódicamente se realiza el monitoreo sobre la totalidad de las condiciones operativas del proceso, “con el fin de actuar preventiva y contingentemente sobre los desvíos que pudieran surgir”.

El titular de la cartera energética se refirió además a las leyes vigentes, regulaciones y permisos que se aplican a la exploración y explotación de petróleo y gas convencional, y que son utilizadas en la extracción de shale oil-gas, con evaluaciones técnicas por parte de la subsecretaría de ambiente, además de informes ambientales previos a la habilitación de cada perforación en el marco de la Ley provincial1875 de Ambiente.

“Se toma la experiencia de regulaciones existentes en otros países con el fin de controlar y supervisar eficientemente la exploración y explotación del shale oil-gas y tight gas, verificando los aspectos constructivos de las instalaciones, la composición de los efluentes, su disposición final y la protección y preservación del ambiente”, aseveró Coco.

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