Los nuevos modelos del viejo artefacto para gas envasado se venden cada vez más. El costo de la luz y de la leña no se compara con los $ 16 que cuesta la garrafa de 10 kg.
Desterradas por décadas al cuartito del fondo de la casa, cuando fueron reemplazadas por las estufas a cuarzo, ahora vuelven a cobrar vigencia. Una de las principales razones es el aumento de la energía eléctrica, que colocan en un lugar prohibitivo el uso excesivo de caloventores, estufas y acondicionadores de aire.
Además, para los que tienen hogar, la leña no para de aumentar.
Mucho más barato. En este escenario energético, las garraferas son la alternativa óptima, ya que las garrafas de 10 kilos se pueden conseguir a 16 pesos. En pleno invierno escasean y llegan a venderse a más de 30, pero siempre es mucho más barato que pagar una factura de Epec “recalentada”.
Salen con fritas. “Justamente estamos haciendo un nuevo pedido, porque nos estamos quedando sin unidades”, contó una vendedora de Ama Hogar el jueves pasado, cuando mostraba una garrafera marca Eskabe a un cliente. “Las están llevando mucho, sobre todo por gente de las Sierras Chicas que no tienen gas natural”, agregó.
Los nuevos modelos son conceptualmente idénticos a los viejos, pero aggiornados a las normas de seguridad de hoy.
Traen un analizador de ambiente para evitar intoxicaciones por monóxido, seguros antivuelco, rejilla protectora de quemador, encendido piezoeléctrico y válvula de seguridad por apagado inesperado.
También, como antes, vienen con ruedas para poder trasladarlas de ambiente.
Cuestión de precio. La estufa garrafera clásica, para los envases de gas de 10 kilos (de entre 3.600 y 5.000 calorías), se vende en Córdoba entre 760 y 850 pesos. Unos 920 pesos cuesta otra que permite adaptarle también una garrafa de 15 kilos.
Las placas radiantes son la otra gran novedad
Además del regreso triunfal de la estufa garrafera, otra de las novedades que ofrece el mercado son las placas radiantes.
En las casas de electrodomésticos, en los hipermercados y en el Easy, son la sensación de los que buscan una alternativa en materia de calefacción eléctrica.
Entre las ventajas de este tipo de productos está la estética: son placas color beige, muy “modernosas” y hasta combinables con los muebles del living.
Consumen entre 500 y 950 W, la mitad que un caloventor convencional.
Tampoco generan humo, se pueden utilizar sin peligro en lugares cerrados porque no consumen oxígeno ni desprenden monóxido de carbono y no son calientes al tacto.
Se pueden colgar de la pared o utilizar de forma portátil, porque la mayoría de los modelos tienen ruedas.
Precio. Su costo arranca en los 450 pesos y pueden llegar a 790, según el modelo y si tienen o no termostato.
Uno por uno
Calefactores. Los tiro balanceado de segunda marca (3.000 calorías) arrancan en $ 700. Uno de primera (5.000 calorías) cuesta $ 1.450.
Caoloventores. Generan altos consumos de energía eléctrica (entre 1.200 y 2.400 W/h). Son fáciles de instalar y rápidos para calentar ambientes pequeños. ¿Precio?: desde $ 140.
Estufas eléctricas. También generan un alto consumo. Cuestan entre $ 110 y $ 130.
Placas radiantes. Consumen menos que los caloventores y estufas a cuarzo. Desde $ 450.
Gasto extra. Para instalar un tiro balanceado, tenga en cuenta que cobran entre $ 200 y $ 300.
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