El estricto control del discurso oficial

El estricto control del discurso oficial

En Cambiemos determinaron la línea de comunicación para los seis meses previos a la elección y el rol que juegan los funcionarios. Cómo baja el mensaje. De qué se debe hablar y de qué no.

“La campaña, cuando es oficialista, es lo más corta posible”, repiten en el entorno de María Eugenia Vidal. En la Gobernación aseguran que evitarán el proselitismo hasta después del cierre de listas, en junio, y que “todos deben concentrarse en la gestión”. Precisamente, ese es el punto al que apelará Cambiemos en la provincia de Buenos Aires para esquivar el debate económico y la confrontación política. Todos los funcionarios reciben las mismas directivas: no hablar de política partidaria y concentrarse en “mostrar los logros de gestión y estar al lado de la gente”.

El puntapié inicial lo dio la propia María Eugenia Vidal en el discurso de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura. La Gobernadora hizo un minucioso repaso de lo realizado y de las metas de su gobierno, sin recurrir a nuevos anuncios y con solapadas críticas a administraciones anteriores. A los ministros del gabinete se les exige lo mismo. Sin roles específicos asignados aún, la tarea de los funcionarios provinciales es concretar los compromisos asumidos, mostrarlos, bajar permanentemente al territorio (incluso para exhibir cosas de otras carteras) y respetar las líneas discursivas derivadas del Ministerio de Asuntos Públicos.

Nada está librado al azar. El discurso que deben manejar desde los ministros hasta el último consejero escolar, para que nadie se salga del carril marcado por Gobernación, llega todos los días a los celulares de más de 2.000 dirigentes bonaerenses de Cambiemos. Esas directivas, de las que se encarga personalmente el ministro Federico Suárez, marcan sobre qué y cómo debe hablarse de acuerdo a la coyuntura.

El mensaje, enviado cada mañana desde calle 6, marca la agenda con las sugerencias de lo que debe decirse (ver aparte), ya sea para mostrar lo propio o contestar frente a un conflicto. “Se indica sobre tres productos: avances de la gestión, temas del día y cosas que vamos anunciando, para tener en la cabeza qué es lo que estamos haciendo, dónde es-tamos parados”, confiaron a La Tecla. No es casual que en los últimos días se repitan coincidentes mensajes en las redes sociales por parte de funcionarios, legisladores, intendentes, concejales, referentes sin tierra y voceros.

“Estos seis meses deben basarse en terminar las obras empezadas y hacer eje en la tarea que estamos haciendo en seguridad”, contó un ministro del ala política a este medio. La anticipada elección de Cristian Ritondo para encabezar la lista de diputados nacionales va en sintonía con esta idea, que viene de la Casa Rosada, de confrontar las desdichas económicas con “la pelea contra las mafias y la inseguridad”. Desde la Subsecretaría de Asuntos Municipales afirman que “hay más de mil obras que se están terminando en los municipios”. Algunas de ellas corresponden aún al Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) de 2017.

Los otros puntos discursivos en los que el Ejecutivo bonaerense quiere hacerse fuerte son la instalación del SAME en los 135 distritos (que debe terminar de cumplimentarse en los próximos meses), el arreglo de las guardias de los hospitales provinciales, las Casas de Encuentro y, fundamentalmente, las obras viales e hidráulicas, algunas de las cuales se terminarían antes de las elecciones y permitirían las ansiadas fotos del corte de cintas.

“El centro de la comunicación de estos meses debe ser la gestión, no cambia la dinámica de trabajo en ese sentido, y los ministros van a trabajar para cerrar todo lo que queda pendiente. La gestión tiene que ser nuestro emblema; para la campaña faltan cuatro meses y no debemos generar una competencia electoral anticipada”, aseguró a La Tecla un funcionario con despacho en calle 6.

También confirmó que, como el año pasado, los miembros del gabinete y los legisladores deben seguir con una lógica de desembarco en los distritos de, al menos, una o dos veces por semana. En cada caso, en Gobernación, a través de un equipo de vocería, coordinan la agenda entre lo que el dirigente tenía programado y lo que el gobierno quiere que se visibilice en la comuna en cuestión. Así, al ministro de Salud por ahí le toca recorrer las obras en una escuela, o viceversa. Aunque la orden es bajar a todos los distritos, los mayores esfuerzos se concentrarán en los 36 municipios que, en su conjunto, contienen al 80 por ciento del electorado bonaerense.

Los discursos parlamentarios de Vidal y Mauricio Macri tuvieron un hilo conductor cuando ambos enumeraron las políticas que llevaron a cabo con las palabras “cambiares” como prefijo de lo que dirían después. Sin embargo, no hay un eslogan definido para lo que viene. Quizá sea una frase que al pasar dejó un funcionario con rango ministerial en su último contacto con La Tecla: “Pasamos de la Provincia imposible a la Provincia posible y con dificultades”. Sobre eso hablarán mucho la Gobernadora y sus subordinados en los próximos meses. Dicen que no están en campaña, pero todo está apuntado a recuperar los votos que los avatares económicos hacen volar.

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