"¡Y esta vez no estuve en el asado, conste!"

El ex senador Néstor Cleto Yoísmo Auza, ahora devenido en concejal de la comarca, ha salido al cruce boxístico y denunciante para con el concejal PRO (de los genocidas canteriles), Claudio Ersinger.
Los bifes están en la salsa del lobby del empresariado de la piedra, que obstruye y ralentiza el tratamiento de la ley de Paisaje Protegido por estos días. Entre la confirmación y la negación se debate la contradictoria verba del edil Ersinger, mientras que, según se comenta en los mentideros del empedrado, Cleto acusa por puro despecho, ya que hace un tiempo no es invitado a algunos asados. Encima le postergan la entrada por la puerta grande del Bronce. A buen entendedor.

En lo que va de esta última semana (teniendo en cuenta los 7 días que contempla), la novela del Paisaje Protegido suma otro capítulo, que tal vez lleve el nombre de "Epílogo: ¿Y al final qué recórcholis es un lobby?". Entre tirones, bambalinas, entredichos y un "detrás de escena" picantón, los personajes de este nuevo cruce son los concejales Néstor Cleto Yoísmo Auza y Claudio Ersinger (apellido cercano a la máquina de coser) y el recuerdo vivo que los une: reuniones con la cúpula provincial de los genocidas lícteos y algún jugoso costillar. En definitiva, las hilachas comienzan a saltar a la vista de un pueblo que aún quiere saber de qué se trata.

Por un lado, tenemos los dichos y subtitulados del concejal PRO, Claudio Ersinger. El hombre, catapultado de las filas del agropiquete, como es sabido, provocó el declive de lo que hubiera sido un voto por unanimidad que habría pasado a la forma del "Hecho histórico". Pero no. Invocando al "Dios de la excusa fácil", este hombre de campo no se le cruzo mejor idea que remontarse (o montarse, vaya a saber) a su falta de experiencia en el papel del edil, producto del voto popular. Si por esa razón fuera, ¿cuántas sesiones del Concejo necesitaría como para ir adaptándose? Eso, en primer lugar. De repente, a algunos les aflora la cualidad del detallismo y la votación tuvo un punto en contra por la supuesta desprolijidad con que se presentó este pedido de tratamiento de la ley, con la Cámara de Diputados como destinatario. A no malinterpretar: no se trató de la expresión directa de los intereses a los que representa (que no precisamente se condicen con los de la misma gente que lo votó), sino un llamado de atención a lo desprolijo de una presentación en el orden del día.

Se debe tener en cuenta que se trata de un avance. Aunque altamente perfectible, es un paso adelante para con el intento de preservación del patrimonio que significan nuestras sierras. Sin embargo, hay prioridades y temas más importantes que tratar en la Legislatura y eso lo tiene más que claro Ersinger. Él mismo no lo dejó entrever, lo dijo con absolutamente todas las letras en medio del programa "La Ciudad" (en Eco TV), finalizando la frase con un "total, dos o tres meses más…". Porque, claro, las explosiones y el saqueo ya terminaron. ¡Ah, no, error! Las explosiones persisten, cada vez más fuertes y seguidas, según se puede observar y sentir. Pero no se preocupen, el concejal PRO está a favor de la preservación, porque él camina las sierras… ¡Cómo sería si no las caminara!

De ahí, se desembarcó en el terreno engorroso de la jornada, donde el patinaje es inevitable y el hundimiento se hace con el ancla del verbo propio: los distintos lobbys interesados, los que no son lobbys pero sí parecen para algunos, y sus connotaciones. Si todo un Concejo Deliberante (o, bueno, casi todo) se organiza en pos de reclamar por el tratamiento urgente de una ley que preocupa y afecta a toda la ciudad, corregiremos el concepto del señor del agropiquete: eso, como para ejemplificar, no es un lobby; es una exigencia popular, digna de las obligaciones democráticas y sin ninguna percepción negativa, excepto para quienes ven sus intereses jugados en la ruleta de la política. En medio de la entrevista en el magazine del mediodía, llegó la pregunta incidiosa de nuestro periodismo vernáculo, de la mano del amigo Claudio Namuncurena: "Lo que hacían ustedes, desde el sector del campo, hace un tiempo… ¿acaso no era lobby?". Luego de un par de segundos en el que el aire del estudio se petrificó, la respuesta fue casi obvia, pero no por ello correcta. En resumidas cuentas, dejó levitando la idea de que el """lobbismo""" del Legislativo del pago chico respondía a la presión, mientras que el real agrolobby se inscribía como visitas necesarias a los legisladores provinciales, para enterarlos de la realidad, como buenos ignorantes que son de toda materia esos que deciden en la ciudad de las diagonales. En fin…

¿Y qué pashó con Cleto? Salió a denunciar que, en esto de entretener a la audiencia con el inconcluso tratamiento de la ley de ‘Paisaje Protegido’, la evidencia del lobby canteril es más clara que el agua del espejo fétido. Sin embargo, para el levante de su monolito de redención falta aún, ya que esto es un destape de olla de su propio guiso. "Me parece bien que los diputados se dediquen a estudiar el proyecto. Lástima que no los hayan estudiado antes ya que cuentan con el proyecto desde hace mucho tiempo. Además, fue altamente estudiado por sus pares del Senado. Si les falta estudiar que se dediquen, pero que no le lleve toda la vida. No pusieron en análisis lo que pide la ciudadanía". Convengamos que, en esto último, Cleto, lisa y llanamente, se la está mandando. Pregunta a la conciencia: ¿Y él en qué momento de su gestión tuvo en cuenta las 14 mil firmas de la Consulta Popular que llevó a cabo y a pulmón la Asamblea y los 400 voluntarios? "El lobby es evidente que existió y esa ley que se interpuso es producto del lobby, para dilatar el tratamiento del proyecto aprobado en Senadores". El lobby existe hoy con el PRO, pero también existió desde la primera hora del armado de esa ley. No se tiene memoria ni registro de reunión alguna entre los asambleistas y Yoísmo, por ejemplo, pero sí las hay del susodicho con los mismos personajes de la Cámara de la Piedra y del gremialismo pro-empresariado de este rincón del mundo. ¿Y cómo se llamará esa Ley? ¿No es la Ley Auza? Seguramente tendremos más noticias para este boletín, que resulta directamente del chicanaje que de la sensata puesta en práctica de una solución real al problema de fondo: preservar el patrimonio identitario natural de la tandilidad.

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