Elichiribehety y las bombitas de humo

Elichiribehety y las bombitas de humo
El radicalismo perdió casi cinco puntos con respecto a la anterior elección legislativa cuando el candidato fue Marcos Nicolini. El FpV ganó dos y la tercera opción que antes fue Unión Pro y hoy es Frente Renovador se mantuvo en los 21 puntos. En el reparto de bancas, el oficialismo puso en juego cinco y obtuvo cuatro. El jefe de campaña de Lunghi evitó hacerse cargo.
Julio Elichiribehety evitó hacerse cargo de la pérdida del concejal que dejará el Concejo igualado entre oficialismo y oposición. Y lo hizo postergando el reconocimiento de que el último concejal en juego irá para el Frente Renovador por una diferencia de casi 400 votos. Pero también desvió el tema metiéndose en la interna del FpV, una costumbre que le viene reportando beneficios no tanto por mérito propio como por personalidades un tanto inestables de algunos dirigentes del peronismo tandilense.

Lo cierto es que en estas elecciones, por primera vez en todo el período lunghista de más de 10 años, los números se contrajeron. El radicalismo obtuvo 44,83 en 2009 (yendo solo) y esta vez obtuvo 40,40 con los casi seis puntos que le sumaron las listas socialistas y la del GEN.

Los números favorecieron ampliamente a Miguel Lunghi pero se prendió la voz de alerta en los círculos cercanos del jefe comunal. A esta altura, Lunghi está seguro de querer renovar en 2015. Ya lo ha manifestado entre los cercanos y aún los que no están seguros de la conveniencia de la estrategia no se atreven a poner en discusión la continuidad del caudillo radical que va detrás de uno de esos récords de los barones del Conurbano o de sus pares históricos de Saladillo u Olavarría con más de cinco períodos tras la espalda.

La palabra de algunos consejeros de Lunghi no siempre escuchados advierten que si Lunghi prepara un sucesor joven la continuidad del radicalismo en Tandil estaría mejor asegurada que si se apuesta a un período más del pediatra y se lo somete al desgaste que ya comenzó.

Elichiribehety sería uno de los más acérrimos defensores de la continuidad de Lunghi a quien denomina cariñosamente “pajarito llamador” (de votos) y con quien mantiene una relación de años. Las críticas que se escuchan -por ahora tibiamente- de algunos jóvenes que vienen esperando el relevo también se extienden al jefe de campaña.

En este contexto, Elichiribehety pretende sacar la pelota de su propio campo y ponerla en el campo rival. Entonces “levanta” a Néstor Auza apostando al oído dulce del rector como en su momento lo hizo con Raúl Escudero. En vista de que su candidato es “fijo” apuesta a elegir rival. Y no perdió el tiempo. Empezó ayer mismo “dibujando” las estadísticas de las dos últimas elecciones legislativas.

La lectura en el peronismo es simple. Candidato que levanta Elichiribehety es a quien no teme. Hasta podría llegar a ofrecerle algún convenio para firmar en el despacho del Intendente, como ya ha hecho.

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