Dirigentes darwinistas y xenófobos

Dirigentes darwinistas y xenófobos

Guillermo Imbrogno había dicho en una peña del club: “Nosotros nacimos en La Boca, fuimos evolucionando y fuimos a otro lugar. Nuestros ‘primos’ no lograron la evolución del ser humano”.

 

La darwinista versión sobre la evolución de los hinchas de Boca que dio el dirigente de River, Guillermo Imbrogno, no es la primera que se escucha en el ambiente del fútbol ni será la última. La frase textual que acumuló repudios y todavía no recibió sanción fue: “Nosotros nacimos en La Boca, fuimos evolucionando y fuimos a otro lugar. Nuestros ‘primos’ no lograron la evolución del ser humano”. La dijo en público en una peña riverplatense de Garín, y aunque después pidió disculpas –por ese exabrupto discriminador y otras bravuconadas– la conducta del prosecretario de la comisión directiva que preside Rodolfo D’Onofrio no tiene atenuantes. “Al club dejó de ir y no se sabe de él”, le dijo el secretario de actas de la entidad, Carlos Ferreyra, a Página/12.

Además de ocupar un cargo en la conducción del club, es secretario general de la Asociación de empleados de la AFIP. O sea, lidera un sindicato. Su caso está comprendido en el contexto de xenofobia dominante u otro tipo de expresiones discriminatorias como el clásico antisemitismo que ha sufrido Atlanta, una institución a la que se identifica con la colectividad judía. En el fútbol es un tema recurrente. Y está probado que ni las plausibles intervenciones del INADI, y mucho menos las inocuas sanciones de la AFA o de los clubes, han detenido estos actos de intolerancia.

Imbrogno parece que tomó conciencia de la repercusión de sus palabras y declaró horas después: “Pido disculpas a los hinchas de Boca por mis declaraciones. Fueron desafortunadas. Me deje llevar y me equivoqué”. Pero su arrepentimiento no impidió que el INADI interviniera en el marco del Plan Nacional de Erradicación de la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo en el Fútbol. El ente fue creado por la ley 24.515 de 1995, y aquel plan se lanzó el 3 de mayo de este año. Entre ambas fechas se repitieron declaraciones semejantes de dirigentes –incluso con cargos más altos que Imbrogno–, y que en lugar de dar el ejemplo quedaron embarrados hasta el cuello por su conducta discriminatoria.

El ex presidente de San Lorenzo, Fernando Miele, hizo declaraciones racistas de gran repercusión el 21 de marzo de 1998. Cuando se refirió a la villa miseria ubicada frente al estadio Nuevo Gasómetro, declaró: “Esta gente no tendría que estar más acá. En la villa habitan peruanos, bolivianos y paraguayos, gente que a veces le hacen un gran daño a la sociedad. Pero erradicar las villas no es un problema mío. Podrían mandarlos a Ezeiza. Yo no me tengo que ocupar de los derechos de nadie. Cacciatore en el año ‘81 borró toda la villa, pero después comenzaron a levantar casas al costado, muchas veces tuvimos que venir a sacarlas porque iban a ser instaladas en la ciudad deportiva…”.

Su caso lo denunció el abogado Ricardo Monner Sans, quien señaló ante el juzgado Correccional N° 5 a cargo de Elena Frilochi, que el presidente de San Lorenzo había incurrido en una conducta claramente xenófoba. El denunciante aportó al expediente una versión grabada con los dichos de Miele y le atribuyó el posible delito de violación de la ley 23.592, que pena los actos discriminatorios.

El 14 de abril de 2002, cuando Alfredo Davicce ocupaba la presidencia de River, le dio una entrevista al diario Olé que motivó una denuncia por discriminación de la colectividad boliviana. Una parte del diálogo se desarrolló así:

Olé: Siempre esa discusión. Que River tiene más jugadores, y Boca más equipo e hinchas.

AD: Lo de los hinchas ya se va a terminar. ¿Vio que se están yendo muchos bolivianos y peruanos para afuera por la devaluación, y habrá una ley para expulsar a los indocumentados…?

Olé: No lo dice en serio.

AD: ¿No? Si lo dije siempre. ¡Las pelotas que son más!”

La denuncia fue radicada en el juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 3 de Rodolfo Canicoba Corral. El 24 de mayo de 2002 el juez la desestimó porque no consideró que había delito en las expresiones del ex dirigente: “Los dichos expuestos por el señor Davicce, en el marco de la nota periodística, responden claramente a alusiones comunes en el marco de la rivalidad futbolística de River–Boca, y el folklore que gira en torno a un espectáculo de gran adhesión popular que no puede dejar de ser valorado al tiempo de poner en marcha el derecho penal”.

El 5 de julio de 2003, durante un reportaje del programa “El sello” de TyC Sports, Julio Grondona comentó: “No creo que ningún judío pueda ser árbitro de Primera porque es muy difícil, y ellos nunca buscan lo difícil”. El presidente de la AFA ofreció sus disculpas a la DAIA tres días después, pero igual le iniciaron acciones por injurias calificadas. Pidió perdón otra vez en una segunda audiencia de conciliación, efectuada el 26 de marzo de 2004. Así logró zafar del aprieto judicial y quedó extinguida la acción penal.

Más allá de las consecuencias judiciales que pudieron caberles a dirigentes como Grondona, Miele o Davicce, o lo que suceda con Imbrogno en el futuro, el fútbol no tiene instrumentos adecuados para juzgar conductas semejantes. Su actual Reglamento de Transgresiones y Penas contiene dos artículos sobre el tema de la discriminación. El 88° se refiere al castigo que tendrán los clubes cuyos hinchas “entonen a coro estribillos o canciones obscenas, injuriosas u ofensivas a la moral y buenas costumbres…” pero nada habla de xenofobia, racismo o intolerancia religiosa.

El artículo 247° –que encuadra la conducta de los dirigentes– habla de “manifestaciones indebidas hechas públicamente”. Pero las circunscribe a que los agravios sean contra “la AFA, sus autoridades y organismos anexos y también contra idénticos entes extranjeros” o “contra clubes, dirigentes de los mismos, árbitros, jugadores y personal técnico (tanto de equipos argentinos como extranjeros que hayan ingresado a nuestro país para disputar un partido o estén de paso por el mismo)…”.

Una fuente con experiencia en la AFA explicó: “A Imbrogno lo debería sancionar River. Esa medida podría ir desde la suspensión a la exclusión. Su caso no encaja en el Reglamento de Transgresiones y Penas”.

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