Dijo ser inocente un acusado del cuádruple crimen de La Plata

Lo afirmó Osvaldo Martínez al iniciarse ayer el juicio oral y público

Antes de entrar en los tribunales para ser juzgado por los homicidios de tres mujeres y una niña cometidos entre el 26 y el 27 de noviembre de 2011 en el barrio La Loma de esta ciudad, uno de los acusados, Osvaldo Martínez, se declaró inocente . Y ya en la sala de audiencia , frente a los jueces, la madre de este sospechoso, Herminia López, lanzó una seria acusación contra el fiscal que investigó el cuádruple femicidio, Álvaro Garganta: dijo que el funcionario habría fraguado la declaración del otro imputado, Javier Quiroga, para complicar la situación de su hijo.

Martínez era el novio de una de las víctimas, Bárbara Santos, que tenía 29 años cuando, aquella noche de noviembre, la mataron a cuchilladas y palazos; así también asesinaron a su hija, Micaela Galle, de 11 años; a su madre, Susana de Bárttole, de 63, y a una amiga de ésta, Marisol Pereyra, de 35.

"Les pido por favor a Martínez y a Quiroga que digan la verdad", dijo Daniel Galle, el primer testigo en declarar ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 3, Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini. "Mica tenía una vida por delante. Era mi compañera. Mi vida cambió desde que ella murió", casi se quebró el hombre. Y continuó: "A Mica le gustaba el hockey, jugaba en el colegio San Cayetano. Yo conocía a sus profesoras, a sus amigas. Por eso, el día que la enterré, le tiré [en la tumba] el palo de hockey y juré que iba a averiguar quién había sido" el que mató a su hija.

De hecho, el padre de la niña dijo que inició una investigación personal, que lo condujo a Quiroga. Dijo que una mujer lo ubicó por intermedio del diario.

"Tenía miedo. Le dije que se quedara tranquila, que le mostraría el documento. Nos encontramos y me contó que había escuchado una conversación en un supermercado. Hablaban de por qué habían matado a la nena, y uno decía que no tenían que dejar cabos sueltos. Una de estas personas era Quiroga. También le habían visto la mano lastimada."

Quiroga, que había realizado trabajos de albañilería en la casa de las víctimas, reconoció -cuando fue indagado por Garganta- que la noche del crimen estuvo en esa vivienda. En esa declaración, que fue leída al comienzo de la audiencia, el albañil responsabilizó a Martínez de la matanza; dijo que lo había amenazado con matar a su familia si hablaba y que lo había obligado a dejar sus huellas en un palo de amasar y en la cuchilla que se usó para cometer el crimen. Los peritajes genéticos, en efecto, complican a Quiroga.

Ésa es la declaración que ayer cuestionó la madre de Martínez. La mujer, además, desacreditó la declaración de uno de los principales testigos del hecho, el remisero Marcelo Tagliaferro, que había llevado a Pereyra a la casa de La Loma, la noche del homicidio múltiple. "Estoy seguro de que ha sido una causa armada", dijo la mujer.

"Estoy tranquilo, con la verdad en la mano, espero que la verdad salga a la luz", había dicho Martínez antes de ingresar en los tribunales platenses, ya que llegó al juicio en libertad, a diferencia de Quiroga, que está preso. A la salida del juicio, manifestó su indignación por tener que "estar sentado al lado del asesino de mi novia"..

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