La licitación para ampliar la capacidad de generación de Yacyretá desató una guerra entre las dos compañías que quedaron en carrera para llevar adelante las obras. Se trata de la alemana Voith Hydro y el consorcio conformado por Impsa, la paraguaya CIE y la china Power. Mientras la primera presiona para no quedar afuera, como le ocurrió con el proyecto para construir la represa Chihuidos en Neuquén -hoy con futuro incierto-, la segunda pide actualizar los valores presentados en abril pasado porque consideran que con la devaluación se redujeron los costos y por ende podrían mejorar la oferta.

La puja surgió a raíz de la apertura de los sobres con las ofertas económicas que se realizó a finales del mes pasado. Mientras la UTE encabezada por Impsa se presentó con u$s116 millones, la oferta de Voith fue inferior y alcanzó casi u$s100 millones, aunque en la parte técnica quedó primera la empresa de origen mendocino.

Ante las sospechas de favoritismo por parte del Gobierno hacia Impsa, los alemanes desplegaron un fuerte lobby y salieron a acusar a sus competidores de insolventes ante el temor de quedar afuera por el mayor componente de insumos nacionales de la firma local (70%), un factor que influirá a la hora de definir quién se queda con la obra, según publicó El Cronista.

En ese sentido, fuentes de Voith le dijeron a ese matutino que también darán trabajo a paraguayos y argentinos, ya que no tiene sentido construir las turbinas en el exterior para luego traerlas al país.

La compañía alemana se había mostrado interesada en la represa Chihuidos en Neuquén, proyecto para el cual había hasta presentado el financiamiento casi cerrado. Pero la negativa del Ejecutivo en continuar con esa iniciativa ante la necesidad de recortar el gasto terminaron por enterrarla hasta nuevo aviso. De ahí su insistencia para participar de la ampliación de Yacyretá y no perder presencia en el país.

Del otro lado, Impsa plantea que los precios que figuran en la licitación corresponden a abril del año pasado y con la devaluación, podrán reducir el costo significativamente hasta unos u$s80 millones, es decir unos u$s20 millones menos que el valor con el que compite Voith.

La apertura se llevó a cabo recién en enero porque el plazo original estaba previsto para los siguientes seis meses, pero luego hubo dos prórrogas consecutivas de tres meses cada una.

Ante el tiempo transcurrido y la disparada que registró el tipo de cambio desde ese entonces, desde Impsa consideraron que debería haber una actualización en los precios, que las podría dejar en mejores condiciones que sus contrincantes.

Lo cierto es que aún no se definió la fecha para la adjudicación del proyecto, que consiste en la construcción de tres turbinas Kaplan con 92 MW de potencia instalada cada una, que puestas en funcionamiento permitirán un aumento de la generación de 276 MW, un 9% más para la represa hidroeléctrica. Este equipamiento electromecánico permitirá el aprovechamiento hidroeléctrico del brazo Aña Cuá, sobre el río Paraná.