Las cadenas nacionales de electrodomésticos como Musimundo y Ribeiro fueron los principales blancos de los saqueadores que se mueven a pie o en moto-vehículos. Los primeros ataques se registraron a las 18 horas en locales del microcentro y cerca de las 22 se concentraron en la zona sur de la ciudad, donde los ladrones ingresaron a un supermercado de la cadena Chango Más y se llevaron electrodomésticos. Varias tiendas de ropa como Swat Deportes y Balbi, quedaron destruidas, al igual que una librería de la cadena San Pablo en la calle Lavalle, de la que se robaron computadoras y juguetes.

La impunidad con la que se movieron los delincuentes tuvo una de sus expresiones más contundentes en lo ocurrido en un local de indumentaria deportiva de la calle Necochea, donde los vándalos destruyeron las vidrieras, sacaron todo lo que pudieron y luego volvieron para burlarse de los empleados del comercio que se habían armado con palos para defenderse del ataque. El periodista Ángel Díaz de Canal 7, que filmaba los incidentes, fue golpeado por los patoteros que también le destruyeron la cámara.

Durante toda la tarde, el microcentro de la capital jujeña se convirtió en un infierno, con intentos de linchamiento protagonizados por comerciantes y saqueadores, en medio de las explosiones de las vidrieras y disparos de armas de fuego. Los pocos gendarmes que se vieron por las calles no evitaron los desmanes pero sí que varios delincuentes fueran ultimados a patadas por vecinos enfurecidos.

Por la noche, la situación se agravó en la zona cercana a la Terminal de Omnibus, donde los comerciantes colocaron trincheras en la calle Dorrego para protegerse de los saqueadores.

Según el ministro de Gobierno, Hugo Insausti, durante la jornada se detuvo a más de treinta personas en San Salvador de Jujuy y a cincuenta en San Pedro, donde también se registraron incidentes de gravedad por saqueos de negocios.

Aun no se conocen evaluaciones sobre la magnitud de los daños.

Aunque los policías negaron en todo momento el abandono de los servicios, lo que se pudo ver en el centro y en los barrios de San Salvador de Jujuy fue la ausencia de vigilancia y en el mejor de los casos, la presencia de reducidas guardias en algunos comercios que se esfumaron antes de la llegada de las hordas.

Desde horas de la mañana y debajo de la lluvia, varios miles de efectivos policiales y sus familiares esperaron con nerviosismo en la Plaza Belgrano los resultados de las negociaciones con las autoridades, que culminaron cerca de medianoche.

Aunque la protesta fue presentada como “pacífica”, por la noche se produjeron serios enfrentamientos entre un grupo de gendarmes que ingresaba a custodiar la Casa de Gobierno y los policías que aguardaban en la plaza. Por detrás de los gendarmes, los protagonistas del reclamo irrumpieron violentamente en el palacio, causando destrozos en una oficina de la Dirección de Prensa.

Debido a los incidentes, se suspendió el transporte de colectivos que dejó de circular a partir de las 22 horas y el municipio capitalino decretó asueto para este martes.