Debe haber un cambio de paradigma en la militancia política, porque… “Todo político moderno es un neurótico grave”

Líderes con conflictos personales no resueltos, sólo generan pesares y esclavitud a sus pueblos. Expresa Eugenio Carutti en su artículo, “Un Puente entre yo y nosotros”, sobre el idealismo ingenuo, clase 70:
El militante de la clase 70 desconocía por completo sus conflictos psicológicos, su estructura interna y sus proyecciones arquetípicas. No tenía contacto con sus deseos inconscientes de poder, sus problemas con la autoridad, la figura paterna y sus confusos anhelos de pertenencia. Era un ser profundamente desordenado y neurótico que se angustiaba tanto ante lo pasaba ante él, y a los demás (porque era muy sensible), que trataba de resolver todos los problemas del mundo, y en cambio producía un desorden aún mayor.

Si una persona no se conoce profundamente a sí misma, es imposible que pueda aportar un mínimo de claridad al de afuera.

Los militantes, casi siempre éramos jóvenes con problemáticas no resueltas con el padre, la madre o lo que fuera, y terminábamos siendo manipulados por alguna figura.

Sucumbíamos a toda la telaraña del poder porque éramos bastantes ingenuos; no comprendíamos las dimensiones más oscuras del ser humano, no nos comprendíamos a nosotros mismos.

Veíamos lo oscuro de otra persona y arremetíamos contra ella, sin darnos cuenta que luchábamos contra lo que teníamos dentro.

Creo que primero deberíamos conocer nuestros aspectos oscuros, no en el sentido de que son negativos, sino de no comprendidos.

Es el fin de las idealizaciones, pero es un paso imprescindible en todo proceso de crecimiento individual y colectivo.

Estoy convencido que todo político moderno es un neurótico grave, y la sociedad necesita mantenerlo en ese estado para que le sea útil.

Se ha dejado devorar por un proyecto en que ya no puede parar, aquietarse, y preguntarse qué le está sucediendo, porque si lo hace, se afloja y se derrumba. Como tienen que pelear cuerpo a cuerpo, odiar a sus enemigos, resistir el odio de ellos, desconfiar de todos y controlar lo más que pueda, está muy blindado, cubierto de máscaras.

Es imposible iniciar un trabajo de descubrimiento, si se está inmerso en la lucha por el poder.

Pero también tenemos que dejar de decir que el camino de autodescubrimiento es personal, porque cuando un ser humano profundiza genuinamente en sí mismo, descubre a la humanidad dentro de sí mismo.

Creo que los malos entendidos comienzan por creer que puede existir un proceso individual independientemente del resto de la humanidad. Comprender esto, es el único camino para acabar con la contradicción.

Ser escuchado en forma masiva no significa tener éxito. Es hora de acabar con los escapismos narcisistas.

El gran desafío es construir ámbitos donde podamos escucharnos simplemente, sin decir que bárbaro! o que estupidez. Encontrarnos para tocar las dificultades profundas.

La impaciencia que provoca el anhelo de la resolución inmediata, solo escucha lo que cree entender, o pregunta cómo se aplica lo que se dice. Lo verdadero no se aplica, fluye y transforma. Lo profundo es delicado y frágil, y no resiste nuestra voracidad.

Necesitamos espacios donde pueda preservarse la vulnerabilidad de lo creativo. La vida precisa de seres que le permitan experimentar a través de ellos y encontrar nuevos caminos para renovarse, sin tratar de convertirlos en uno solo, sino dejar que se entretejan, a través de nosotros, más allá de nosotros.

Extracto de “Un Puente entre yo y nosotros” Eugenio Carutti – Uno Mismo – Salud y Calidad de Vida – Nº 193 – 1999

“Tenemos que enfrentar problemas juntos para arremangarnos entre todos.

No es que todos tengamos que registrar de la misma manera, sino que aprenderemos a registrar de maneras diferentes y a compatibilizar nuestros registros diferentes.

El aprendizaje es ese: poder enhebrar un tejido humano donde seamos muy diferenciados pero interactivos.

Una mente que cree que sabe es una mente que no aprende, y entonces no crece. El paradigma de nuestra época es aprender.“ Carutti

Eugenio Carutti es argentino. Realizó estudios de Física en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y es Licenciado en antropología (UBA). Fue director de la carrera de antropología de la Universidad Nacional de Salta y profesor titular de epistemología y antropología filosófica en la Universidad de El Salvador. Es autor de “Ascendentes En Astrología” – Primera y segunda parte – y de “Las Lunas” de editorial Kier. Foto: Unidos by Garemi/deviantart

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