Se trata del párroco Omar Quinteros, reconocido militante anti minero, quien descartó de plano cualquier posibilidad de utilizar esa causa para presentarse a disputar algún cargo público, ya que señala “no tener estómago ni tripas para dedicarme a la política”. Por otra parte, negó haber agredido verbalmente a la diputada Adriana Olima, como la legislatura denunció.
El sacerdote afirmó que esto no fue así porque no se encontró con la legisladora en la fecha en la que esta última afirma que sucedió el hecho.
“Yo lo que quiero dejar en claro es que a esta persona hace más de un año que no la veo”, exclamó en declaraciones a Radio Provincia.
Asimismo, consideró que lo manifestado por Olima forma parte de “una operación de prensa difamatoria” y sobre si persigue alguna ambición política, Quinteros respondió tajante: “de ninguna manera”.
Seguidamente, agregó: “creo que ese es el primer error que están cometiendo los punteros que tiene la diputada aquí. No persigo ningún atisbo de ambición política, no me interesa en lo más mínimo un cargo político, no tengo estómago ni tripas para dedicarme a la política”, remató.
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