RIO GRANDE.- Un sorprendente episodio se registró en horas de la noche del lunes en el destacamento de Bomberos Voluntarios de la Margen Sur.
Ante esta situación, el bombero debió ser hospitalizado debido a las lesiones que sufrió y durante toda la jornada del martes, el cuartel de Bomberos Voluntarios de la Margen Sur permaneció con sus puertas cerradas, hasta no tener una respuesta de las autoridades y poder contar con una guardia policial permanente.
En diálogo con Aire Libre FM, Pascual Lombardo, Presidente de la Asociación Civil Bomberos Voluntarios se mostró preocupado por el ataque que recibió el joven bombero Jonathan Asencio, quien aún debe permanecer de reposo hasta tanto se mejore de la agresión sufrida.
Lombardo comentó que “el bombero estaba haciendo su guardia como corresponde. Alrededor de las 21.30 siente que le golpean los portones, abre la puerta y se le abalanzan varias personas. Le entran a golpear, a pegar, logra poner en marcha la unidad y sale al incendio, que era cerca”.
Ante esta situación, explicó que “para que un bombero pueda entrar a un incendio, tiene que salir del destacamento con la ropa adecuada, cosa que no pudo hacer porque esta gente estaba fuera de sí, tratando de agredirlo”, dijo, y agregó que tampoco pudo ponerse la protección al llegar al lugar, porque “trata de emplazar la bomba, para ingresar, no lo dejan vestir y lo empujan adentro del fuego”.
El argumento era que en el lugar “había un niño y lo tenía que rescatar. El rescate se tiene que hacer pero sin ropa adecuada el bombero no puede lograr su objetivo”, observó Lombardo.
“Gracias a dios no había nadie dentro, pero casi perdimos el bombero”, advirtió, dado que un policía que había llegado antes sacó al menor.
“No hubo que lamentar víctimas pero tenemos que decirle a los vecinos que el bombero sabe hacer su trabajo, no está sentado en la puerta viendo qué pasa en los alrededores. Y tiene que esperar el llamado, luego se viste, sale con toda su ropa adecuada y su manta con agua, entra a apagar el incendio y busca a la persona que tiene que buscar”, detalló de los pasos que deben darse.
También dio cuenta de la celeridad de la respuesta porque “en dos o tres minutos había tres bomberos más, en total llegaron alrededor de 15 bomberos”.
Consideró que por más nerviosismo que puedan tener los vecinos, no pueden optar por agredir a la persona que tiene que hacer el trabajo, porque no puede lograr el objetivo: “No corresponde que sea agredido de la manera que lo fue. Tiene golpes en el 96% del tórax, un ojo machucado, cerrado, el cuello marcado, no quedó internado de casualidad”, dijo.
Aseguró que “no es la primera vez que pasa en esa zona del barrio”, puesto que es usual que llegue la unidad y los vecinos “le entren a bajar las mangas, le saquen el equipamiento del camión, cuando el que tiene que trabajar es el bombero. El vecino si quiere colaborar, debe dejar lugar para que paren las unidades de emergencia, y no romper los vidrios porque se genera más fuego”, señaló sobre otro error que se comete, al no dejar actuar al personal preparado.
Sobre los motivos de la golpiza, barajó que los vecinos habrán pensado que el bombero estaba al tanto del incendio y no fue a hacer nada. Pero aseguró que “no hubo ningún llamado, fueron los vecinos al cuartel a sacarlo de prepo. No se usaron los carriles, como cuando llama bomberos de policía o defensa civil y nos avisan por radio. Lo bajaron de camión y lo metieron de prepo al incendio. No lo dejaron vestirse, y como pudo entró a apagar el fuego pero ya estaba casi sofocado, sin los equipos de protección poco podía hacer”.
La policía tomó fotos de las lesiones y se radicó una denuncia penal por agresión y violación de domicilio, ante la irrupción abrupta al cuartel.
“Con el nerviosismo que tenía, no tiene idea de cuántos era, lo único que sabe es que estaba en el piso y le pegaban patadas y trompadas”, agregó sobre lo que tuvo que vivir el joven.
Asimismo, indicó que el cuartel está cerrado, porque “pedimos una consigna policial que estuvo hasta esta mañana (por el martes) y se retiró. Hasta que no tengamos una consigna policial o lleguemos a un acuerdo con el gobierno no vamos a reabrir el cuartel”.
Anoche además de la golpiza, le estuvieron tirando piedras al lugar y no hay seguridad para los voluntarios que se encuentran en el interior. “No vamos a arruinar la vida de nadie. Las instalaciones son lo de menos, el tema es la vida de los bomberos”, resaltó Lombardo.
Sobre el estado del joven Asencio, aseguró que luego de la golpiza, con un ojo cerrado, dificultad para respirar y el pelo chamuscado, “anoche se quería quedar de guardia pero lo tuvimos que obligar a irse a su casa, donde sigue en reposo un par de días hasta que le den el alta”, concluyó Pascual Lombardo.
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