En el escenario de los festejos del triunfo de Alberto Fernández se pudieron ver los primeros indicios del nuevo eje del poder que tendrá el Gobierno que sucederá al macrismo.

 

Cristina Kirchner, la mentora de las candidaturas de Alberto y de Axel Kicillof acaparó la atención y recordó que fue dos veces presidenta. Reivindicó -solamente- la victoria de Kicillof en la provincia como el triunfo de la política.

 

La ex presidenta se refirió más veces a Kicillof que a su compañero de fórmula y cuchicheó con él mientras hablaba Alberto.

 

El presidente electo habló luego de una larga oratoria de Axel, cuyo discurso fue más largo y menos dinámico que el de Cristina y Alberto juntos. El gobernador electo trazó un complejo panorama en la provincia tras el gobierno de María Eugenia Vidal.

 

"Mañana me reuniré con Macri y empezaremos a ver cómo transcurrimos el tiempo que nos queda. Vamos a colaborar en todo en lo que podamos colaborar porque lo único que nos interesa es que los argentinos dejen de sufrir de una vez por todas", dijo Fernández, en su primer guiño a una transición ordenada.

 

Pero Cristina le había hablado directamente a Macri antes de que tomara la palabra el futuro presidente, si bien le pidió permiso para "tomarse el atrevimiento".

 

"Le voy a pedir en mi carácter de ex presidenta constitucional en dos mandatos que, por favor, hasta el 10 de diciembre, como yo lo hice hasta el 9 de diciembre, cuando me tocó traspasar el poder, tome todas las medidas que deba tomar para aligerar la situación dramática que se están viviendo en las finanzas del país", indicó Cristina. Macri le hizo caso una hora después, cuando el Central anunció un cepo feroz de 200 dólares por mes.