La crisis laboral aumenta la venta ambulante en la peatonal

La crisis laboral aumenta la venta ambulante en la peatonal

Puestos de todo tipo se ubican en todas las cuadras. En fechas especiales el número aumenta aún más.

Argumentando las pocas posibilidades laborales, la venta ambulante se convirtió en los últimos meses en una alternativa para subsistir de muchas personas, que colocaron puestos con diferentes productos a lo largo de la peatonal Rivadavia.

Una postal habitual es la oferta a los peatones desde medias, calzado, CD y hasta frutas, verduras y comida, y pese al reclamo de los comerciantes que tienen sus locales en la zona, es un viejo tema que tiende a agudizarse cuando se aproximan fechas importantes.

"La mayoría de los que estamos acá no conseguimos trabajo y la venta en la calle es una posibilidad de conseguir un peso todos los días. En mi caso, tengo un problema de salud y no me quedó otra alternativa que instalar todos los días en el mismo lugar un puesto”, explicó una de las vendedoras que lleva dos años en la principal zona comercial de esta ciudad.

La cantidad de vendedores ambulantes que se instalan en la Rivadavia desde San Martín hasta la avenida Güemes, y en otros sectores de la ciudad, genera el malestar de los comerciantes legalmente instalados y motivó, en reiteradas oportunidades, que la Dirección de Inspección General de la Municipalidad realice operativos de control de mercadería y hasta el desalojos de los ambulantes. Sin embargo, en época de crisis se hace más notoria la aparición de esta polémica actividad comercial.

El reclamo de los comerciantes es entendible: pagan sus impuestos, alquiler y se ven invadidos por vendedores ambulantes que compiten con los precios, mientras que estos últimos aseguran que "la necesidad” los obliga a salir a la calle.

Lo cierto es que para muchos de los que transitan habitualmente por la peatonal resulta un paseo con obstáculos por la cantidad de puestos -algunos ocupan varios metros- que están ubicados en el piso o sobre cajas nutridos con diferentes artículos que se ofrecen para la venta.

Si bien comprenden el contexto ilegal en el que se encuentran, justifican su accionar en la subsistencia familiar, pero sostienen que mientras haya pobreza y falta de empleo, la informalidad de la venta seguirá siendo la primera alternativa que tomarán. "Es todo lo que tengo, la Municipalidad, a través de los inspectores nos llaman la atención pero qué vamos a hacer. Todos los que estamos acá es por necesidad. Hasta hace dos semanas eran solo dos los puestos en una cuadra ahora hay más de cuatro”, comentó un vendedor.

Pareciera que acabar con los vendedores ambulantes expulsándolos por la fuerza, como se hizo en algún momento, no es una solución razonable, ya que el problema de fondo es la imposibilidad, de estas personas, algunas muy jóvenes, de lograr un puesto laboral formal.

Motos

Pero la invasión del espacio público no solo lo generan los vendedores ambulantes; hay ciudadanos comunes que sin ningún reparo estacionan motos en plena peatonal generando aún más problemas para los que transitan, sin que los inspectores municipales que se pasean por el lugar observen la infracción.

Sobre Rivadavia, pasando calle Chacabuco, una importante cantidad de motocicletas está ubicada como si se tratara de un estacionamiento abierto al público.

Los controles municipales son escasos; a decir verdad, los inspectores de Tránsito municipal recorren la peatonal sin ejecutar ningún tipo de advertencia a quienes se encuentran invadiendo el espacio y mucho menos confeccionando actas por esta infracción, como lo establecen las ordenanzas para el resguardo y seguridad de los peatones, además de evitar que el caos se apodere del principal corredor comercial con el que cuenta el microcentro.

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