La crisis frutícola amenaza con dejar una ola de despidos

La crisis frutícola amenaza con dejar una ola de despidos

Varias empresas del Alto Valle planean achicar sus estructuras. Chile exporta 9 veces más que Argentina.

 

La crisis que atraviesa el sector frutícola -localizado principalmente en la zona del Alto Valle en las provincias de Río Negro y Neuquén- alcanzó su pico de tensión días atrás tras conocerse que la firma belga Expofrut cerró dos plantas de empaque y frío.

La noticia tuvo una gran repercusión mediática dado que Expofrut -controlada por Univeg- es la mayor exportadora de frutas del país (llegó a enviar al exterior unas 225.000 toneladas por año) y de esta manera despedirá a 260 trabajadores.

 

El tema es que a dicha compañía europea se le suman otras empresas frutícolas que atraviesan serios inconvenientes por la imposibilidad de colocar sus productos en el exterior y los bajos precios que se registran en el mercado local.

 

De hecho, los gremios que representan a los trabajadores calculan que en lo que va del año ya hubo más de 1000 empleados despedidos por los recortes en el establecimiento Biló, en la localidad de Allen, y la empresa San Formerio, en Gral. Roca.

 

“A las economías regionales no les alcanza con eliminar las retenciones. Debieron tomarse medidas alternativas que el Gobierno no tomó”, dijo a La Política Online, Gilberto Alegre, presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.

 

La crisis del sector frutícola (peras y manzanas principalmente) viene acrecentándose desde 2011 a partir de la caída de la demanda internacional, el cierre de mercados y la baja en los precios en el marco del cepo cambiario que rigió hasta fines de 2015.

 

Sin embargo, los que entienden del tema remarcan que todos esos problemas externos que atravesó el sector frutícola en el periodo 2011/2015 pudieron sortearse si el Gobierno kirchnerista hubiera aplicado una política de apertura de mercados.

 

Así las cosas, durante el presente año 2016 la crisis no hizo más que crecer a pesar de la eliminación de las retenciones, de la liberación de las exportaciones y de las buenas intensiones políticas que demuestran los funcionarios macristas en las negociaciones.

 

Los datos hablan por sí solos: en los primeros ocho meses de 2016 las exportaciones argentinas de manzanas sumaron 74.604 toneladas, una cifra 11 por ciento inferior a la registrada en el mismo período de 2015, según datos oficiales del Senasa.

 

El dato es que, según el sitio especializado valorsoja.com, los dos principales compradores de manzanas -Rusia y EE.UU-, redujeron las importaciones de manera drástica en lo que va del año (-46% y -24% respectivamente).

 

En Chile la situación es totalmente diferente a la de Argentina. En enero/agosto de este año el país trasandino exportó 676.015 toneladas (nueve veces más que nosotros) versus 633.513 toneladas en todo 2015, según datos oficiales de Odepa.

 

Las exportaciones de manzanas en Chile -que cuenta con Tratados de Libre Comercio (TLC) con EE.UU., China y la Unión Europea- generaron un ingreso de divisas por un total de u$s 590 millones en los primeros ocho meses del año.

 

Como sea, en la Casa Rosada hay preocupación por el agravamiento de la crisis en el sector frutícola que emplea miles de personas (una gran cantidad de mujeres) en épocas de cosecha y selección de productos por el cuidado que requiere la actividad. 

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