Crimen del rugbier: los detenidos contaron su versión y dijeron que se les escapó el tiro

Crimen del rugbier: los detenidos contaron su versión y dijeron que se les escapó el tiro
Los hermanos admitieron haber perseguido "por error" al Fiat Uno, pero aclararon que el arma "cayó en las manos" de uno de ellos por un lomo de burro. El tercer acusado iba en otro auto
Los tres detenidos por el crimen de Juan Pedro Tuculet (19) fueron indagados ayer por el fiscal Marcelo Martini. Y accedieron a hablar. Admitieron haber increpado y perseguido al joven rugbier y a su amigo hasta que el disparo salió del auto en el que iban, aunque arriesgaron una explicación muy poco verosímil: que se les escapó el tiro.

Luego, el fiscal y detectives de la DDI reconstruyeron junto al acompañante de Pedro el recorrido que hicieron en la trágica madrugada del sábado pasado e inspeccionaron la escena donde terminó todo. Es que los imputados declararon que el arma se les "cayó" en el lugar, algo poco probable teniendo en cuenta que -según fuentes policiales y judiciales- "el terreno se peritó inmediatamente después del ataque". Volvieron a hacerlo. Y el revólver homicida no apareció.

Lo que si se secuestró en las últimas horas fue un Ford Focus en el que se habría subido uno de los tres detenidos después de que los otros dos salieron en persecución del Fiat Uno de Tuculet y su amigo. Es por eso que este acusado, Emanuel Alexis "Manu" Laborda (19), quedó procesado como "partícipe necesario" del homicidio, mientras que los hermanos Pablo (29) y Matías Arriarán (18) enfrentan cargos como "coautores".

Frente a Martini, todos contaron ayer la misma historia. Dijeron que desde varios días antes del hecho mantenían un enfrentamiento con alguien. Hablaron de un ex policía y actual abogado que el miércoles de la semana pasada habría concurrido al taller mecánico de los Arriarán, en Camino General Belgrano y 417, "por un problema familiar". Como informó ayer Trama Urbana de manera exclusiva, el ex policía es pariente de la pareja de un empleado del taller, al que habría ido a increpar por haberla golpeado. Al parecer, no sólo el muchacho en cuestión recibió varios golpes, sino también todos los que lo acompañaban. Este incidente fue denunciado.

Sostienen los imputados que el agresor amenazó con prenderles fuego el local y que por eso "estaban perseguidos", por lo que al escuchar ruidos afuera del taller (la noche del hecho), salieron tras el auto que vieron: el Fiat Uno en el que iban Pedro y su amigo Santiago (17). Lo hicieron en un Fiat Duna bordó que un cliente había dejado para arreglar los amortiguadores y el lunes fue hallado abandonado en el Aeroparque Jorge Newbery. Aclararon también que en las horas previas al ataque "habían consumido mucha cocaína", dijo un vocero judicial.

En la inspección realizada ayer los investigadores no encontraron testigos que confirmaran la versión de los "ruidos" fuera del taller. Luego reconstruyeron junto a Santiago el recorrido que hizo con Pedro después de que salieron de la casa de 416 entre 27 y 28, en la que estaban reunidos junto a varios amigos, en el Fiat Uno blanco que les prestó uno de ellos para ir a buscar gaseosas a la Esso de Camino General Belgrano y Arana. Al volante iba Santiago, pero antes de llegar a la estación de servicios le dijo a Tuculet que era riesgoso doblar en U sobre el Camino, porque no tenía carnet y podían provocar un accidente. Frenaron entonces en la parada de colectivos que hay sobre la mano del Belgrano que conduce de Capital Federal a La Plata, bajaron y Pedro ocupó el lugar del conductor. Los pesquisas sospechas que esa maniobra fue la que observaron los tres acusados desde su Fiat Duna. "Habrán imaginado algo raro y decidieron seguirlos hasta la Esso", completó un vocero.

Allí es donde se bajó Laborda y pateó la puerta del Uno, Tuculet supuso que querían robarles, hizo marcha atrás y retomó el Belgrano hacia Capital Federal.

La persecución

"Laborda se quedó en la playa de la Esso", explicaron las fuentes, mientras los hermanos salieron en persecución del coche de los chicos, con Pablo Arriarán al volante y Matías a su lado. Al llegar a 413 los autos quedaron a la par y desde el de los hermanos partió un disparo que impactó en el ojo izquierdo de Pedro. Según Santiago, su amigo se agachó al ver que el acompañante del Duna lo apuntaba con un arma, mientras que los Arriarán aseguran que el revólver estaba sobre el tablero, que "cayó" en la mano de Matías por el golpe con un lomo de burro y se gatilló porque el joven se pegó el codo contra la ventanilla. Dijeron además que el vidrio del Uno estaba bajo, pero ya está probado que estaba alto, aclararon los pesquisas.

En cuanto a Laborda, declaró que se subió al Ford Focus gris de un conocido que estaba en la Esso y le pidió que siguiera al Duna. En 413 vio al Uno chocado y siguió camino. En las últimas horas la policía allanó la casa del dueño del coche, en Villa Elisa. Secuestraron al rodado en cuestión, pero también 12 gramos de cocaína, por lo que al propietario (de unos 50 años) se le abrió una causa por "tenencia de estupefacientes".

“La violencia parece normal”

“Somos una familia de trabajo”, dijo anoche Gastón Tuculet, destacando que “no lo mataron a Juan Pedro, mataron al hijo de cual-quiera de nosotros y van a seguir matando”. El papá de la víctima lamentó que la violencia parezca “normal”.

“Lo normal es criar una familia sana con hijos que se preocupen por sus herma-nos, por sus padres” e “ima-gino que Juan predro hubiera hecho lo mismo que hice yo, mi padre y mi abuelo: trabajar, formar una familia y cuidarla”.

Comentá la nota