Por el crimen de la artesana apresan al "Perro", un vecino

A Sergio Muñoz le secuestraron una faca, que podría ser el arma homicida

Tenían la certeza de que el asesino no era ajeno a la víctima . Arriesgaban que los unía algún vínculo o al menos la conocía. Entonces los investigadores avanzaron más allá del círculo íntimo y encontraron elementos como para detener a un vecino en cuyo poder se secuestró una faca, presunta arma utilizada para apuñalar a la artesana Cynthia Filippone, de 40 años.

Fuentes policiales confirmaron que por orden del fiscal Eduardo Elizarraga buscaron y capturaron a Sergio Muñoz , quien vive a unos 100 metros de la finca La Jardinera, en Paseo 111 y 6, propiedad donde la víctima residía con sus dos hijos de 9 y 5 años; Daniel Hernández, su concubino, y el hijo éste, de 22 años.

El sospechoso y ahora imputado iba en su auto, un VW Fox, junto a su mujer y dos hijos cuando los uniformados lo interceptaron. Intentó resistirse y protagonizó un intento de escape hasta calle 14 y Paseo 123, donde por fin pudo ser reducido, esposado y luego trasladado a la comisaría 2a., donde quedó alojado.

Las mismas fuentes anticiparon que a Muñoz se lo conoce en Villa Gesell como "El Perro". Tenía antecedentes penales y detallaron en particular que en el interior del automóvil que conducía llevaba un arma blanca casera, que ahora será peritada, porque se sospecha pudo haber sido utilizada para matar a Filippone.

Ayer trascendió que el sospechoso conocía a la artesana -al menos como vecino cercano- y también, dato que interesó aún más, que solía frecuentar a su concubino. Por eso se intenta determinar si el asesino, con la hipótesis de un intento de robo descartado, actuó para saldar alguna rencilla y recurrió a una venganza o actuó a pedido de terceros.

A Filippone la apuñalaron en el cuello, mientras tendía ropa en el parque y sus hijos, ajenos a la situación, miraban televisión en el living de la casa. Herida y mientras se desangraba, ingresó en la vivienda y pidió a los niños que cierren puertas y ventanas. Falleció frente a ellos. Antes había logrado que el mayor de sus hijos llamara por teléfono a Hernández, que había salido a caminar con su hijo. Fue el concubino el primero en llamar al 911 para pedir ayuda para Filippone.

Tanto el fiscal como las autoridades policiales han ordenado máximo mutismo en el manejo de la información relacionada con este caso. El detenido fue trasladado ayer en dos oportunidades hasta la oficina del fiscal. Mantiene la condición de aprehendido y se espera que la Justicia de Garantías haga lugar el pedido de Elizarraga para confirmar la detención.

La presencia de un imputado será un avance importante en una causa que parecía encajada, al menos en estas primeras jornadas de investigación. Por ejemplo, hoy los investigadores tienen con quien cotejar algunas muestras genéticas surgidas de pistas recogidas en la escena del crimen.

Entre el parque de La Jardinera y la propiedad lindera, por donde se presume que fugó el asesino, quedaron algunas manchas de sangre y también una alpargata tipo de campo. Los policías geselinos están convencidos de que ese calzado pertenece al autor del crimen.

El fiscal también aguarda que el hijo mayor de Filippone esté en condiciones de sentarse frente a peritos especialistas y puedan determinar si alcanzó a oír algún ruido o si la madre, en su desesperado pedido de ayuda, dio alguna pista de quién la había atacado.

Las hipótesis, y así lo hizo explícito Elizarraga en uno de sus pocos contactos con la prensa, se alejaban de la chance de un homicidio en ocasión de robo y se volcaba sobre un caso en el que a Filippone "fueron a matarla"..

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