Crean un biodiesel que reduce un 20% las emisiones de CO2

Crean un biodiesel que reduce un 20% las emisiones de CO2

Gracias al desarrollo de R33 BlueDiesel, que se encuentra en plena etapa de ensayo, la industria automotriz contribuirá de manera significativa 

con el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad del transporte.

 

El negocio del biodiesel depende de las constantes innovaciones para seguir ganando competitividad, cumplir con las normativas ambientales y hacerse fuerte a escala global. Conocedoras de su potencial, cada vez más empresas automotrices deciden apostar por la investigación y el desarrollo en el rubro.

El último gran avance lo informó Volkswagen, que en su estación de servicio de Wolfsburg, en Alemania, está probando un nuevo combustible que permite bajar notablemente las emisiones nocivas de dióxido de carbono (CO2). Denominado R33 BlueDiesel, el carburante es un 20% más amigable con el medio ambiente que el diesel convencional. Desarrollado en conjunto por Volkswagen, la Universidad de Coburg (Alemania) y otros socios (como Shell Global Solutions, Tecosol y Neste), el proyecto apunta a la elaboración de un combustible verde con un 33% de contenido biológico que se basa de manera exclusiva en residuos y materiales de desecho.

Aparte de cumplir con la exigente norma ‘Din En 590’ y con todos los parámetros requeridos para su uso como combustible estándar, el producto puede aplicarse en vehículos diesel sin necesidad de convertir el motor.

A partir de los positivos resultados obtenidos tras nueve meses de ensayos en Wolfsburg, Volkswagen está a punto de emprender nuevas pruebas en su planta alemana de Salzgitter. La idea es continuar ampliando las ventajas ambientales que ofrece el novedoso biodiesel.

A decir de Thomas Garbe, gerente del departamento de Desarrollo de la firma, la respuesta al R33 BlueDiesel es hasta el momento muy alentadora. “Esta propuesta es particularmente adecuada para aquellas compañías que dependen de los vehículos diesel por sus largos rangos de combustible”, explicó el directivo.

Lista negra

Atenta al desempeño ambiental de los distintos tipos de combustibles verdes, la Unión Europea (UE) acaba de publicar un documento en el que estipula cuáles son los cultivos alimenticios utilizados en la producción de biodiesel que generan mayores emisiones de CO2, por lo que no deberían recibir subsidios. 

El trabajo precisó que el biodiesel de palma es particularmente insostenible debido a la deforestación y a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que provoca su elaboración a escala comercial. La intención de la UE es que la utilización de este insumo disminuya de manera progresiva hasta llegar a cero en el año 2030. La noticia no fue bien recibida por los mercados productores de biodiesel de palma, como es el caso de Malasia, Indonesia y Colombia. No obstante, el bloque europeo estableció una serie de exenciones para que dichas naciones puedan seguir realizando envíos en el corto plazo.

Sustentabilidad aérea

Una investigación llevada a cabo por la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial (NASA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, con apoyo del Grupo de Acción de Transporte Aéreo (ATAG), probó que los biocombustibles son más eco-friendly de lo que se pensaba en el sector aéreo. Además de aportar significativos beneficios ambientales en la propulsión de rodados, la entidad demostró que los carburantes verdes reducen entre un 50% y un 70% la emisión de gases y partículas nocivas en la industria de la aviación.

Desarrollado en conjunto por Volkswagen, la Universidad de Coburg y otros socios, el proyecto apunta a la elaboración de un combustible verde con un 33% de contenido biológico que se basa de manera exclusiva en residuos y materiales de desecho.

En su Centro de Investigación de Vuelo Armstrong, en Edwards (California), la NASA implementó una mezcla 50/50 de combustible convencional Jet A y un biocarburante derivado del aceite de camelina en aeronaves DC-8. Los resultados preliminares exhibieron una disminución en las emisiones de entre un 50% y un 70%. 

“Es la primera vez que se ha cuantificado la cantidad de partículas de hollín emitidas por los motores a reacción mientras queman una combinación de combustible tradicional y biocarburante en pleno vuelo”, subrayó Rich Moore, líder de la iniciativa.

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