Contrato basura

Contrato basura

La empresa Cliba está decidida a dejar de realizar la recolección de residuos en la ciudad, pero el Ejecutivo municipal -que no licitó el servicio en 12 años- no reconoce la deuda que reclama. Con la negociación en marcha, el final está abierto.

 

Falta un mes para que el intendente José Corral termine sus ocho años de mandato y una de las empresas de recolección de residuos, Cliba, se quiere ir. Por carta documento le informó que esa decisión se debe a la deuda de 306 millones de pesos que estiman mantiene su gestión, aunque no se ponen de acuerdo en la cifra. Tampoco coinciden en que este sea el motivo: el Municipio aduce que en realidad la empresa inició, hace dos años, una retirada de muchas otras ciudades del país. 

 

Por primera vez, esta semana el Ejecutivo puso un número sobre la mesa. Fue en un diálogo que la secretaria de Gobierno, Malena Azario, mantuvo con la prensa al término de la audiencia que se realizó en el Ministerio de Trabajo para garantizar la estabilidad laboral de 229 empleados.

 

Sobre la base de los certificados de pago emitidos y aprobados, admitió que deben “no más de $ 50 millones”, muy lejos del monto que reclama la empresa. De todos modos, de inmediato aclaró que no se han evaluado ni aprobado todos los certificados. Cuando esto se haga ¿se llegará a la cifra que reclama Cliba?

 

En el medio llama la atención el silencio de la empresa Urbafe, el silencio público en realidad, porque en privado ya ha hecho llegar notas de reclamos al municipio por la deuda que también mantiene con ellos, que estimaron en más de $ 260 millones de pesos. Es que Urbafe tiene una postura distinta a la de Cliba: no tiene intención de retirarse de la ciudad, quiere quedarse y continuar prestando el servicio. Es por eso que resiste, aún con la complicada situación financiera que atraviesa.

 

Lo cierto es que con la carta documento ya enviada, mediante la cual Cliba inició el proceso de rescisión de contrato, la próxima gestión arrancará con un gran problema por resolver: ¿qué hacer con el servicio de recolección de residuos?, uno de los más demandantes y costosos que presta la Municipalidad, y que no puede detenerse: a la basura hay que juntarla todos los días.

 

Los plazos legales indican que el servicio deberá ser brindado por 120 días a partir de la rescisión, lo cual aún no ha ocurrido porque el municipio rechazó todos los argumentos esgrimidos por la empresa. Si en el futuro Emilio Jatón decide licitar el servicio, llevará tiempo armar los pliegos, convocar a licitación y encontrar interesados. El Concejo Municipal deberá estar listo para sesionar en el verano, porque de todos modos es probable que deba tratar una nueva estructura de funcionamiento del Ejecutivo municipal y el presupuesto 2020 en el que el próximo intendente dejará en claro los ejes en los que concentrará su gestión.

 

A esta altura, la pregunta clave es ¿por qué José Corral no licitó el servicio durante sus 8 años de gobierno? ¿Por qué no lo hizo Mario Barletta, su antecesor? Tuvieron la oportunidad, y era una obligación: en 2008, terminada la concesión anterior, el Concejo dispuso que así lo hiciesen. Pero se optó por atar el servicio a concesiones precarias que se renovaban anualmente según las condiciones del viejo pliego del año 1996. Eso les permitió exigir a las empresas una adecuada prestación del servicio y que ahora no se vayan intempestivamente, sino que presten disponibilidad en un proceso ordenado de transición, garantizando un servicio que es prioritario para la ciudad. 

 

De todos modos, con la negociación en plena marcha, no está dicha la última palabra: por ahora, el contrato sigue vigente, la empresa continúa recogiendo la basura y los empleados tienen trabajo (y mucha incertidumbre). 

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