Contra reloj, siguen arreglando los “baches” del sistema online

Contra reloj, siguen arreglando los “baches” del sistema online
En muchos colegios de la Ciudad los directivos debieron reacomodar cursos y turnos.
“Bienvenidos 2014”, decía el enorme cartel de colores pegado sobre una tela oscura en el ingreso a la Escuela Número 31 “Mariano Moreno”. Allí, sobre una pared que da justo al patio, su compañía era el silencio. Algunos números se despegaban por el viento. Otros intentaban aferrarse con el poco pegamento que les quedaba. Casi una metáfora de lo que fue el paro docente ayer en la Ciudad.

El ciclo lectivo en las aulas porteñas comenzó con incertidumbre por partida doble: primero porque nadie sabía si en su escuela habría clases; y segundo, nadie sabía si las vacantes online podían volver a generar hoy un nuevo disgusto. Y en definitiva hubo de todo, para bien y para mal.

La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), que llamó al paro para protestar por la falta de vacantes (tras aceptar una oferta salarial del 31%) aseguró que la adhesión al paro fue ayer del 90%, para el Ministerio de Educación el número fue del 45%.

Clarín salió a recorrer colegios de la Capital y se encontró con situaciones diversas, aunque la constante fue que la mayoría de los establecimientos tuvieron sus puertas abiertas.

En la escuela Félix Bernasconi, de Parque Patricios, las clases se dictaban de manera parcial. Había micros escolares en la puerta y muchos guardapolvos blancos. De hecho su directora, María Elola, fue la encargada de realizar el acto de apertura: “Hicimos un inicio de ciclo lectivo como se pudo. Vino más de la mitad de los docentes a trabajar. Pero todo alumno que quiso ingresar lo hizo sin problemas”.

Una escuela que contó con la totalidad de su equipo docente fue la Mariano Acha, de Villa Ortúzar. Allí no faltó ningún maestro por el paro. Y se dio la situación inversa: chicos que faltaron porque sus familias creyeron que no había clases. En el Lenguas Vivas, de la calle Juncal 3251, el rector Horacio Baradacco, contó que el nivel inicial tuvo una jornada habitual, aunque en primaria y secundaria sólo dio el presente el 20% de los profesores.

Una escena recurrente en muchos establecimientos educativos fue la de los directivos reunidos para terminar de definir el tema de las vacantes y el ordenamiento de los cursos y los turnos, tras los trastornos que generó la inscripción online. Aunque no se registraron conflictos en el arranque, los docentes tuvieron que terminar ajustando a mano y contrarreloj los baches que dejó el sistema.

Ana Ravaglia, subsecretaria de Gestión Educativa del Ministerio de Educación porteño, aseguró que todos los equipos directivos tienen la potestad de reordenar todo lo que crean necesario, siempre y cuando luego se vuelque al sistema: “Entendemos que muchas familias eligieron un turno del que luego se arrepintieron o que el sistema les otorgó sin haberlo pedido. También hay casos que el programa les ofrece un establecimiento que no cumple con las expectativas, y ante todo esto las escuelas tienen la libertad de tomar alumnos o cambiar cursos”, aseguró.

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